El tributo es en honor a un viudo con 6 hijos
Ecuatorianos y ciudadanos de otros países rinden hoy homenajes a sus padres y abuelos.
Desayunos y almuerzos familiares en cafeterías y restaurantes o grandes asados están programados para este día.
Sin embargo, guayaquileños como Luis Hidalgo (49) desconocen el origen de esta conmemoración. Lo mismo le pasa a Francisco Álava (47), a Lorena Macías (24) y al menos 20 personas consultadas por periodistas de la revista SÉPTIMO DÍA.
Lo cierto es que de acuerdo a historiadores el Día del Padre nació en los Estados Unidos.
Este día está acreditado a Sonora Smart Dodd, oriunda de Washington, quien sugirió la idea en 1909.
La madre de ella murió cuando daba a luz a su sexto hijo. William Dodd, su padre se quedó con los seis pequeños y se esforzó por sacarlos adelante.
El objetivo de Sonora era destacara el papel de los progenitores en la sociedad, especialmente de aquellos que cumplían con su papel de educadores y que apoyaban a sus descendientes.
La fecha elegida originalmente fue el 5 de junio, día del cumpleaños del señor Smart, pero se pospuso hasta el 19 de junio, el tercer domingo del mes, pues no había tiempo suficiente para los preparativos. En 1910, en Spokane, Washington, se celebró el primer Día del Padre como hoy se conoce.
En la misma época, en otras ciudades de Estados Unidos también la gente comenzaba a rendir tributos al líder de la familia. Aunque algunos consideran a la señora C. Clayton de Virginia, como la creadora de este festejo, la mayoría de las historias coinciden en acreditarlo a Sonora Dodd.
Desde fechas tempranas, llevar una flor era la forma tradicional de celebrar a los papás.
Sonora dedicó la rosa roja para honrar a padres aún vivos, y cualquier tipo de flor blanca para homenajear a los ya fallecidos. J.H Beringer, quien también promovió estas celebraciones desde los inicios en Washington, eligió la lila como la flor del Día del Padre.
En 1924, el presidente de Estados Unidos, Calvin Coolidge hizo de este día una celebración nacional.
Posteriormente, en 1966 el gobernante norteamericano Lyndon Johnson firmó una proclamación que declaró oficialmente el tercer domingo de junio como el Día del Padre. A partir de este momento Europa, América Latina, África y Asia comenzaron a homenajear a los padres.
Los ecuatorianos optan por entregar presentes a los jefes del hogar. En algunos casos hasta llevan serenos con mariachis a la casa y regularmente les preparan su comida preferida. Es un día en que se reúnen hermanos, hijos, sobrinos, nietos y bisnietos. (I)
Diversidades familiares
Por Víctor Cabezas
¿Qué entendemos por familia? Quizás la primera, y más sencilla respuesta, esté anclada a la concepción tradicional: una familia es un grupo de personas relacionadas entre sí por un vínculo sanguíneo que viven juntos bajo un mismo techo.
A la luz de esta idea inicial, la familia se limita a esas personas que comparten nuestros lazos genéticos: nuestro padre y madre, nuestros hermanos, tíos, sobrinos, etc.
Ahora bien ¿Es esta definición suficiente?
Con seguridad no. La familia es un concepto cambiante y mucho más amplio que, en la actualidad, ha superado la noción tradicional de los vínculos sanguíneos a tal punto que nuestra Constitución, en su artículo 67 reconoce a “las familias en sus diversos tipos”.
Esto, no es una cuestión menor, pues representa una puerta de entrada para la inclusión de nuevas formas de organización familiar que se aparten del tradicional triángulo: madre, padre, hijos.
¿Cuántos de los lectores vivieron en un núcleo familiar que no se adaptó a este triángulo ancestral? ¿Cuántos crecimos con nuestros abuelos? ¿Cuántos nos criamos de la mano de primos, a los que veíamos como hermanos? Todos esos núcleos de relaciones íntimas y nucleares son, también, familia.
El pasado 30 de mayo, la Corte Constitucional dio un giro de gran importancia en la garantía de los derechos de las familias diversas y reconoció, aunque con mucho retardo, que una niña que había nacido en el seno de una familia formada por dos mujeres, tenía el derecho a llevar los apellidos de ambas madres.
Es decir, tenía derecho a que su identidad se corresponda con la realidad de la familia en la que nació.
Este caso es solo un paso adelante en la garantía de los derechos de quienes nacieron, crecieron o decidieron formar una familia diversa y, más allá de esto, es una oportunidad para reflexionar sobre la riqueza y el valor que tiene ser distintos. (O)