Las brigadas ciudadanas, un aporte a la seguridad
Ante el incremento de los actos delictivos en la provincia de Pastaza, en el año 2011, la provincia amazónica se unió al proyecto de creación de brigadas de seguridad ciudadana.
Para ello, la Gobernación, en coordinación con las jefaturas y tenencias políticas, tomó las riendas para impulsar lo que fue considerado como un proyecto innovador. A inicios del año 2012 se fortaleció el plan, con la creación del Consejo Provincial, los consejos cantonales y los comités de seguridad a nivel parroquial y sectores rurales.
La primera autoridad de estos consejos en la provincia es el gobernador o gobernadora, quien debe responder por las falencias o logros que obtengan en aspectos de seguridad.
Para la dirección y asesoramiento en temas de seguridad provincial, el Ministerio del Interior nombró hace dos años atrás, al ex militar Antonio Velín, para que asuma la dirección de las brigadas de seguridad ciudadana. “Para trabajar por la seguridad de los demás no es necesario ser parte de una organización política”, refirió Velín.
El Consejo de Seguridad Provincial está integrado por 17 personas, representantes de la Gobernación, Prefectura, municipios, organizaciones sociales, barriales, bomberos, Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR), el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) y otras, quienes se reúnen cada mes y, a su vez, integran la mesa 5, relacionada a seguridad, del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) de Pastaza.
Según Velín, se han conformado más de 24 brigadas en los cantones Pastaza, Mera, Arajuno, Santa Clara y en la mayoría de parroquias. “Tan solo resta crear una en Sarayaku. Los problemas existentes dificultan hacerlo, pero vamos a ubicar una muy cerca a ese lugar”, dijo.
Para poder contribuir adecuadamente a la seguridad de sus localidades, durante seis meses los brigadistas recibieron la capacitación básica necesaria en temas como prevención del delito y violencia; introducción a la seguridad ciudadana; delincuencia; causas y efectos de la violencia; técnicas de intervención; diseño y programas de prevención; acciones e intervención para desactivación de violencias juveniles y violencia de género.
Esta capacitación fue impartida por personal de la Policía Comunitaria, basado en un manual especial para este tipo de instrucción.
Pero el tema de la preparación no fue solo en términos policiales, pues las autoridades consideraron que los brigadistas son los primeros guardianes de seguridad en su jurisdicción y por ese motivo también recibieron capacitación en primeros auxilios dictada por el Cuerpo de Bomberos; técnicas de rescate, por la SNGR; conocimientos sobre consumo y uso de drogas, violencia intrafamiliar, por parte de la Comisaría de la Mujer.
El trabajo de las brigadas en cada jurisdicción es coordinado con las Unidades de Policía Comunitaria (UPC).
Ahora, las autoridades aspiran a que hasta el año 2017, en Pastaza existan más de 14 UPC. Por el momento, en sitios estratégicos de Puyo están en plena construcción tres; mientras en las parroquias Shell y Simón Bolívar también se ubicarán en cada sitio una UPC en este año.
Las brigadas de seguridad ciudadana están al momento conformadas por 501 integrantes en la provincia, quienes cuentan con una dotación especial de identificación que consta de un chaleco, una gorra y una credencial personal.
La meta de las autoridades es que hasta finales del presente año, en Pastaza existan más de 1.000 brigadistas, quienes deben fortalecer el trabajo de la Policía Nacional, las tenencias políticas y las juntas parroquiales.
En los últimos tiempos, los brigadistas han demostrado ya su actividad. En las noches, se concentran en las dependencias de las juntas parroquiales y junto con los policías participan en las rondas y son observadores de las diligencias policiales. Igualmente, están presentes en los desfiles, en actividades comunitarias, de capacitación, mingas y actos especiales que se realizan en cada parroquia.
Quienes son parte de las brigadas tienen la potestad de gestionar apoyo de cualquier institución y que sea de estricta necesidad del grupo; también pueden nombrar a sus dirigentes.
En la parroquia Tarqui, la Brigada de Seguridad está coordinada por Edwin Carrasco, quien tiene bajo su responsabilidad a 50 personas entre hombres y mujeres.
Alva Carvajal, una de ellas, se considera una brigadista y auxiliar de seguridad de la Policía Nacional. Se identifica con un chaleco, una gorra de color azul y un código que le entregó la Gobernación. La mujer señala que es un honor aportar a la seguridad de su pueblo.