Un camino secundario facilita el tránsito de quienes van hasta Quisapincha
La crecida del río Ambato vulnera varios caseríos
Los habitantes de Quillán La Playa y Las Viñas, caseríos de Píllaro y Ambato, miran con preocupación la crecida del río Ambato. Los aguaceros de la semana pasada, la noche del lunes y martes, incrementaron notablemente el caudal del afluente que recorre por estas pequeñas localidades agrícolas, avícolas y piscícolas.
Esto motivó a la población a plantearse la posibilidad de evacuar el sitio y trasladar a sus animales. Es el caso de la familia Márquez-Sánchez, cuyos 8 miembros habitan en Quillán La Playa, en el cantón Píllaro, y viven del turismo y del cultivo orgánico de verduras y frutas.
En este sector el río se denomina Culapachán, proveniente de Cotopaxi, donde es llamado Cutuchi. En su ingreso a Ambato toma el nombre de la ciudad y es útil para la cría de tilapia y trucha. “En la última década han ocurrido tres grandes riadas, en las que hubo importantes pérdidas en sembríos, ganado y viviendas. Si el temporal persiste tememos que esto se repita, por lo que consideramos una salida inmediata de las familias y nuestro ganado”, señaló Roberto Márquez, vecino del lugar.
Como él, varias personas son proveedoras de peces de agua dulce de las operadoras turísticas y restaurantes del sector. “Los criaderos de alevines de trucha y tilapia están a un costado del río. Por ello, a más de poner en peligro la vida de las personas, un incremento de la cota representaría grandes pérdidas para los piscicultores de Quillán y sus vecinos”, aseguró Hólger Figueroa.
Ayer, las aguas llegaron hasta dos metros hacia fuera de las riberas, pese a que la intensidad de los chubascos bajó el miércoles y ayer.
En Las Viñas, comunidad vecina perteneciente a la parroquia Izamba, al norte de Ambato, ocurre algo similar. Varios cultivos de tomate de árbol, fréjol, maíz y aguacate, están próximos al afluente y estarían en riesgo de ser arrasados.
Bernardo Masaquiza, agricultor, aseguró que representantes de entidades de socorro realizan visitas periódicas al lugar. “Funcionarios de la Secretaría de Gestión de Riesgos, Cuerpo de Bomberos y Ministerio de Agricultura llegaron el martes para medir la cantidad de agua. Su presencia nos tranquiliza, pues no sentimos respaldados”, dijo.
Estas visitas, según moradores de Las Viñas, se realizan cada mes desde octubre del año pasado, cuando la actividad del volcán Cotopaxi se incrementó. Esto porque el río Culapachán sería uno de los receptores de los lahares que bajarían del coloso, en caso de erupción.
Daños viales
Los trabajos de reconstrucción de la carretera que conecta el barrio Palama con la parroquia Quisapincha, al suroeste de la capital tungurahuense, continúan. Tras la declaratoria de emergencia de la ciudad por parte de Luis Amoroso, alcalde, las labores del personal de la Prefectura de Tungurahua y del Cabildo, se han reforzado.
El presupuesto del Municipio para afrontar los daños del temporal bordea los $ 460 mil. El equipo caminero realiza el armado del tubo gigante que conduce las aguas de un canal justo por debajo de la calzada. El aguacero del lunes provocó el incremento del caudal y la tubería original colapsó.
Un camino secundario facilita el tránsito vehicular de quienes desean llegar hasta Quisapincha, donde se expenden prendas de vestir y calzado de piel de vacuno. (I)
Personal y maquinaria de la Prefectura de Tungurahua y Municipio de Ambato reconstruyen la vía que conecta Palama con Quisapincha, arrasada el lunes. Foto: Roberto Chávez / El Telégrafo