SRI vs Contribuyente Aplicación del VAR
El fútbol ha cambiado, y mucho, a como hemos vivido los mundiales hasta ahora con la aplicación del VAR (árbitro asistente de video). La idea central detrás del VAR es entender que el árbitro, como ser humano se equivoca, y la tecnología minimiza el error, así como la discrecionalidad bien o malintencionada del árbitro en un partido.
La partida que se juega el contribuyente en reclamos para la devolución o procesos de auditoría en la que el SRI exige un mayor valor a cancelar por el contribuyente, más toda una batería de sanciones, es similar a lo que se juega en el fútbol, en donde se deja el resultado en manos de un árbitro (juez), quien tiene la razón.
Posibilidades reales de que un contribuyente gane el caso: pocas. Primero se debe estar en posibilidades de pagar los honorarios de un abogado tributario, de un buen perito, y estar consciente de que el proceso judicial genera intereses de alrededor del 11% anual, y el SRI se encargará de que sepa que su Área de Procuración gana más del 70% de los casos. Añádale a esto que los jueces de los tribunales contenciosos tributarios no disponen de abogados que ayuden al despacho de las causas, y menos asistentes contables y auditores que ayuden a dilucidar quién tiene la razón.
Una medida para ayudar al despacho ágil de las causas fue el aumento del número de jueces, hoy 27 en el distrito de Pichincha, que conforman un tribunal colegiado (3 jueces) donde uno actúa como juez ponente, con 27 visiones matizadas de un mismo caso.
Las sentencias del Tribunal de lo Contencioso Tributario no se sistematizan por temas o precedentes; claro, se entiende que es la Corte Nacional de Justicia la encargada de establecer precedentes de aplicación obligatoria, pero en la práctica esto no ocurre, ya que más de mitad de los recursos presentados no superan los criterios de admisibilidad, además que la Corte no valora las pruebas aportadas dentro del procedimiento ante los tribunales; así que se pueden contar con los dedos de la mano los precedentes dictados por la Corte en materia tributaria.
Ante este desolador escenario, el VAR tributario (tecnología de inteligencia artificial) se vuelve una necesidad imperiosa para quitarle: discrecionalidad al contribuyente con prácticas elusivas de impuestos; arbitrariedad al SRI en liquidaciones que vienen después de algunos años; y disminuir sustancialmente el error de buena fe de los jueces. (O)