La debacle económica para el Ecuador ni siquiera ha sido medida en el PIB, desempleo y quiebra de empresas por efectos del coronavirus; que hará más visibles las brechas de desigualdad y nos ubica en el momento para una reforma integral para repensar el papel del Estado, la economía y sus instituciones, lo cual también llega a la parte tributaria, en nuevos impuestos.

Un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos en sus países ha determinado que más de un tercio de los hogares sufre de inseguridad financiera, lo que significa que la para de actividades y de ingresos por tres meses los sumiría en la pobreza.

A falta de ahorros que nos hubiesen permitido amortiguar la crisis, los ingresos por recaudación tributaria deben volcarse al sistema de salud, que permita contar con las pruebas de detección del virus y asegurar un tratamiento para afiliados y no afiliados al IESS, acompañada de una inversión urgente en unidades de cuidados intensivos y respiradores.

Se torna necesario una reforma al régimen laboral con opciones para desempleados y aquellos que por esta crisis perderán su empleo; en el corto plazo debe ampliarse el número de beneficiarios del “bono de contingencia” así como su monto ($ 60); y esto, naturalmente se financia con más impuestos; lo que se logra con mayores ventas y utilidades a las personas y empresas, por lo que es preciso impulsar la economía. Ofrecer como estímulo el no pagar impuestos en el país con leyes de fomento en desigualdad del resto de los empresarios locales ya no es una opción.

Inmediatamente el SRI, IESS, SENAE, los GAD deben dar las facilidades de pago para diferir el pago de impuestos y tasas de 12 a 24 meses, y ampliarlo al IVA y retenciones. Medidas adicionales son necesarias para los operadores de turismo. Fuera de esto hablar de eliminar impuestos, reducir tarifas porcentuales o crear exenciones, no es consecuente con los seres humanos que no pueden optar por una prueba de diagnóstico o por una cama en un hospital, y ni siquiera por falta de dinero, sino porque la infraestructura no existe.

A problemas globales se requieren de acciones globales (incluidos impuestos). Es increíble que ningún foro global se activó como medida preventiva a finales del 2019 por este tema, y que las conversaciones y acciones recién se hayan dado estas últimas semanas; quien quiere criticar cualquier medida que se anuncie para salir de la crisis sin proponer es mejor que siga en casa. (O)