El SRI, por actividades de control y fines estadísticos, ha generado una base de datos en donde constan las empresas o grupos de compañías que sostienen la recaudación tributaria. Así, en Ecuador tenemos actualmente 214 grupos económicos, los cuales a 2017 generaron una recaudación en impuestos de más de $ 5.527 millones.

Buena parte de la gestión del Gobierno en 2018 fue generar beneficios e incentivos para promover la inversión extranjera y la repatriación de capitales. Sin embargo, para sorpresa de todos, los 214 grupos económicos reportan como inversionistas a 1.806 compañías del exterior, provenientes de 62 países, lo que demostraría que existe una fuerte inversión extranjera en los más grandes contribuyentes de Ecuador.

La lista de mayores inversionistas en los grupos económicos la lidera EE.UU. con 366 compañías, seguido de Panamá (211), España (133), Costa Rica (119), Holanda (81), Perú (69), Colombia (52), Islas Vírgenes Británicas (50), Reino Unido (40), Suiza (39).

Es probable que una parte importante corresponda a empresas pantalla, y que por detrás se encuentren ecuatorianos como beneficiarios e inversores reales en estos negocios. Las razones para hacerlo son tantas, cuanto las preocupaciones, dudas e incertidumbres tiene el ser humano; legales y lícitas unas, ilegales y delictivas otras. Los casos que se destaparon en los “Papeles de Panamá”, FifaGate y Odebrecht, así lo demostraron.

Solo para hablar de una motivación de ahorro impositivo, dicha distorsión ha sido creada por el propio Estado a través de leyes como el Código de la Producción y la Ley de Fomento Productivo que permiten la repatriación de capitales hacia el exterior con exoneración del Impuesto a la Salida de Divisas (5%) y del Impuesto a la Renta (10%) cuando la sociedad distribuye dividendos a sus accionistas extranjeros; mientras que, tratándose de accionistas ecuatorianos que deseen percibir sus dividendos en el exterior tendrán un gravamen adicional del 15%.

En la medida que no tengamos las mismas reglas de juego para los inversionistas del exterior frente a los inversionistas ecuatorianos, tendremos quienes opten por complejas y costosas estructuras de planificación para reducir artificialmente sus impuestos; y lo que es más grave para nuestra economía, motivando a tener los capitales fuera de Ecuador. (O)