Son muchas las campañas publicitarias que prometen milagros. Las más frecuentes son aquellas que insisten en que con solo ponerse las fajas para adelgazar, mujeres y hombres pueden reducir su abdomen en cuestión de semanas. Si esto fuera cierto, todos podríamos lucir un abdomen plano, pero no es así. Bajar de peso exige esfuerzo, cualquiera que sea, pero con la faja rodeando el abdomen y viendo la televisión los resultados no serán los que buscas.

Las fajas para adelgazar por sí solas no son suficientes, hay que mantener una dieta balanceada y una actividad física diaria. Con este tipo de accesorios solo se consigue eliminar los líquidos almacenados que, al final de cuentas, se verán recuperados al momento de rehidratarse. Los líquidos retenidos deben ser expulsados mediante la ingesta de alimentos diuréticos, o bien, acudir a sesiones en una sauna para limpiar los poros y eliminar las toxinas.

La mayoría de ellas evitan la transpiración y hacen que la acumulación calórica sea mayor. Esto crea un efecto sauna en la barriga que hace que sudemos más. Pero en contra de lo que mucha gente cree, este sudor no es grasa que se elimina por los poros, sino que se trata de líquido. El uso de fajas para la pérdida de peso no es más que un mito que ha sabido extenderse bien. Lo es dejar de usarlas y enfocarse en maximizar los resultados de la rutina con ejercicios bien ejecutados y una alimentación balanceada.

Recuerda que sin importar con qué clase de elementos o sustancias cubras la zona que quieres reducir: plástico, neopreno, vinilo, arcilla, barro, vendas empapadas en hierbas o minerales, etc. no reducirás tu porcentaje de grasa corporal.

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