La cónsul general de China en Guayaquil, Zhang Tao, oriunda de Pekín, lleva dos años en la urbe porteña y en su carrera diplomática tiene 28 años. Un requisito para trabajar con países de habla hispana fue aprender español. Lo hizo en la universidad donde la bautizaron como Lucrecia.

Tao, su nombre, significa río caudaloso. “Yo soy un río y mi hermano es una montaña”. Dice que ambos nombres provienen de un poema de la década del sesenta. Su primera misión diplomática la hizo en Buenos Aires, luego estuvo en Caracas, en Guinea Ecuatorial, Quito y ahora en Guayaquil.

A la provincia del Guayas le encuentra similitud con Cantón. De hecho la mayoría de migrantes chinos que llegaron al país a mediados del siglo XIX son de allá. Ambas provincias llevan 10 años de relaciones.

“Estoy enamorada de este país por su belleza en todo sentido; no solo de la parte física como los paisajes pintorescos, sino también de la sencillez de la gente, la abundancia de recursos históricos y culturales, y esa adoración del pueblo hacia su cultura y su apertura a otras, eso me encanta”.

De su nación destaca la gastronomía, en especial el “pato laqueado”, los 56 grupos étnicos que allá habitan y el valor de trabajar duro. “No importan las humillaciones, las adversidades de todo tipo, los chinos somos muy tenaces en nuestros objetivos”.

Su signo

Comenta que según el horóscopo chino ella está bajo el signo del mono y sonriente señala que en Guayaquil hay un monumento a este animal. “El mono significa inteligencia, habilidad”.

Este martes 1 de octubre de 2019 se recuerda el aniversario 70 de fundación de la República Popular China, por ello las colonias chinas asentadas en el país han efectuado una serie de actos para conmemorar la fecha.

“Queremos reconocer el esfuerzo que ha hecho el pueblo en la construcción del país. China tiene un mensaje muy claro: vamos a seguir este socialismo con peculiaridades chinas, tenemos sueños, metas y aspiraciones”.

Y una de esas metas es potenciar la Franja y la Ruta, de la cual Ecuador ya es parte, desde el año 2018. En ese marco de cooperación, ella destaca que China es el tercer socio comercial de Ecuador en el mundo y que el volumen comercial entre ambos países llega a más de $ 28.680 millones.

“Hay un incremento notable en las exportaciones ecuatorianas hacia China. El incremento ya sobresale en el 61% en relación al mismo periodo del año pasado (2018), es notable. Digo esto porque antes había un superávit por parte de China y por la parte ecuatoriana habían quejas o preocupaciones; esto ha cambiado. Cada día hay más productos ecuatorianos exportados a mi país”.

Y entre esos productos estrellas están el camarón y el banano, que son tradicionales, además de las rosas y el cacao. Así se visibiliza el país allá. En Ecuador, según la diplomática, operan cerca de 90 empresas chinas en áreas como petróleo, minería, infraestructura, tecnología, farmacéutica y educación. “El ECU-911 es un proyecto emblemático y de gran éxito de la cooperación bilateral y beneficia a todos los ecuatorianos”.

Reseña que en su circunscripción consular otros proyectos con apoyo chino son el trasvase Daule, el muelle de Posorja (Puerto de Aguas Profundas), becas por parte del Gobierno chino. “Cada año hay un grupo de jóvenes ecuatorianos que va a estudiar a China en las mejores universidades y vuelve fortalecido para tomar parte en la formación de las relaciones bilaterales”.

¿Cuántos becarios hay actualmente?
Es una cifra que se renueva. Este año hay 54 alumnos, pero están los de los años anteriores; es una forma de cooperación entre los dos gobiernos, entre la Embajada y la Senescyt.

¿Necesita Guayaquil tener su barrio chino?
Me parece que es una idea con el sentido de que los lazos bilaterales sean más fuertes. La Alcaldía de Guayaquil lo propuso y hay paisanos que se interesan, lo que hay que saber es de qué forma se puede conducir esta buena voluntad para que ambos lados hallen la mejor forma de cooperación. Es algo voluntario y depende de la política local, del ambiente, de las circunstancias, si es favorable para ambas partes.

Zhang Tao se muestra optimista, pues en enero de 2020 se cumplen 40 años de las relaciones bilaterales entre Ecuador y China. Entonces reseña que los emigrantes de la vieja China que llegaron a Ecuador tuvieron que afrontar leyes discriminatorias, que les impedían movilizarse por el país.

“Nuestros antepasados radicados aquí lograron sobrevivir, se integraron a la sociedad ecuatoriana y con su trabajo contribuyeron enormemente al desarrollo socioeconómico del país. Nunca hemos visto a un chino pidiendo limosna; siempre trabajan muy duro, sufren, aguantan para después disfrutar de una vida digna”. (I)