“El capitán Peñaherrera fue perseguido por la Senain”
Diego Vallejo, exfuncionario de la Senain, habló con este diario sobre el montaje de tramas del gobierno de Rafael Correa, como el 30-S y el caso del capitán Diego Peñaherrera, exjefe de seguridad de la primera dama. Vallejo está exiliado en Estados Unidos porque fue perseguido político del correísmo.
El presidente Moreno dijo que Correa inventó el 30-S.
Los supuestos acontecimientos de desestabilización de aquel fatídico 30 de septiembre no fueron más que un montaje que se lo realizó con el único objetivo de dar fuerza a las declaraciones del entonces presidente de la República, Rafael Correa, y el de posicionar el mensaje de un golpe de Estado e intento de magnicidio.
¿Usted qué conoció de ese golpe de Estado inexistente?
Fui el nexo entre la Secretaría Nacional de Inteligencia (Senain) y el Ministerio de Justicia, específicamente con la Unidad de Respuesta Judicial que llevaba la judicialización de todos los posibles involucrados en el caso 30-S. Durante el tiempo que trabajé en la Senain, me enteré de que en el Ministerio de Justicia se estaba armando una estrategia para fraguar que esos hechos fueron producidos como un posible golpe de Estado. Se montaron testigos falsos e historias falsas para dar fuerza a esa teoría ordenada desde el Palacio de Carondelet. De todo esto tuvo pleno conocimiento la gente cercana a Serrano. Entre los que puedo mencionar a Ledy Zúñiga y Xavier Córdova.
¿Usted cree que se puede incluir al expresidente en un acto de lesa humanidad por lo que hizo en el 30-S?
La violación constante y sistemática de los DD.HH. en la administración del expresidente Rafael Correa se evidencia no solo como un hecho aislado, por tal motivo el caso del 30 de septiembre se le puede imputar con la figura de delito de lesa humanidad. Se violaron principios, los mismos que están contemplados y son sancionados en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.
¿Cómo fraguaron el 30-S?
La mañana posterior a los hechos del 30 de septiembre, en el Ministerio de Justicia se presentaron dos personas con una grabación de la central de radiopatrulla de la Policía. Ellos dijeron que vieron al mayor Fidel Araujo en las protestas del 30-S portando una cámara supuestamente camuflada con un dispositivo tipo gatillo como el de una pistola. Según ellos, el propósito, al parecer, era atentar contra la vida del expresidente.
El exministro Serrano decidió conseguir una persona que resulte creíble para montar esa historia. Así ubican al famoso testigo protegido de la Fiscalía: Xavier Andrés Herrería Ramírez, un guardia de seguridad que trabajaba en las cercanías del Regimiento Quito. Allí se inició la revuelta policial. Herrería laboraba para la Empresa de Investigación y Seguridad Emnser Cía. Serrano le ofreció pagar una buena cantidad de dinero y le prometió conseguirle trabajo en alguna institución pública. De esa manera se armó este maquiavélico plan en las instalaciones del Ministerio de Justicia.
Pero usted era parte de la Senain, podía decir algo.
Esto lo hicieron a mis espaldas, Serrano sabía de mi amistad con el mayor Fidel Araujo. Xavier Herrería Ramírez trabajó hasta noviembre de 2010 en Emnser Cía., y desde 2011 pasó a la Subsecretaría de la Demarcación Hidrográfica en el Guayas.
¿Cómo involucran al coronel César Carrión en el 30-S?
Existe un video sin editar que el gobierno correísta siempre pretendió ocultar y lo manipuló a la saciedad a favor de la tesis de intento de magnicidio en contra de Rafael Correa. En este video y en fotografías se demostraba que la puerta del Hospital de la Policía, por donde se evacuó al expresidente, siempre estuvo abierta. Ese material fue entregado por el abogado Stalin López al ministro José Serrano a mediados de noviembre de 2010. Todo el material que me entregó Serrano lo analicé y presenté un informe que ratifica: el coronel César Carrión no tuvo absolutamente nada que ver en los hechos ocurridos ese 30 de septiembre.
¿Eso también hizo con Galo Lara, quien fue canjeado por un barco que los panameños querían recuperar?
En el caso de Galo Lara la persecución se da por la denuncia que investigaba el exasambleísta sobre el supuesto acoso sexual de un ciudadano de nombres Andrés Herrería Ramírez, lo que le molestó al expresidente me imagino que fue la osadía y el lenguaje que se utilizó en los oficios para solicitar información a la Presidencia y a la Fiscalía.
Este caso fue replicado por Fernando Balda, quien lo bautizó en su blog con el nombre de “Mameluco”. Esto desató la ira y la persecución inmisericorde de estos dos opositores al régimen. A Lara le revocaron el asilo político en Panamá y lo cambiaron con un barco de bandera panameña, confiscado y retenido en Ecuador por tráfico de drogas. Lara, quien ya en Ecuador fue vinculado en un proceso judicial viciado en todas sus etapas, terminó con una sentencia a 10 años de prisión.
¿Qué información manejaba la Senain sobre el crimen del paracaidista Zurita, a quien no se le abrió el paracaídas, que estaba destinado a Diego Peñaherrera, exguardaespaldas de la esposa de Correa?
El capitán Diego Peñaherrera fue separado abruptamente de su cargo de jefe de seguridad de la esposa y los hijos del expresidente Correa. Fue perseguido por la Senain y la Unidad de Seguridad Interna de la Presidencia, que estaba al mando del mayor Rommy Vallejo. También por todo el aparataje del Estado y la Contraloría, de la manera más peculiar y paradójica, decide justo realizar una auditoría a una unidad del Oriente, donde se encontraba Peñaherrera.
Y justo a una de las prácticas de tiro, donde supuestamente hubo una irregularidad, que sirvió para iniciar la destitución y enjuiciamiento del capitán Peñaherrera. Esto fue avalado después por la Fiscalía y materializado por el órgano inquisidor del sistema de justicia para acabar con la impecable carrera militar del capitán. Peñaherrera estuvo en dos oportunidades inmiscuido en accidentes en saltos de paracaídas que casi le costaron la vida.
¿Por qué esa persecución contra el capitán Peñaherrea?
Toda esta persecución se produjo por los celos que tenía el expresidente Rafael Correa con el capitán Peñaherrera. La afinidad que tenía el hijo menor del exmandatario con el oficial era considerable, pues quería vestirse igual, con las mismas gafas y el mismo corte de cabello. Eso fue una causal y la otra por la empatía de la esposa del expresidente con el capitán Peñaherrera porque compartían actividades físicas que ella practicaba. Eso desembocó en la salida abrupta y sin ninguna explicación de Peñaherrera.
La esposa de Correa decidió escabullirse de su seguridad y viajó a Guayaquil para conversar con él y preguntarle qué había pasado. Este hecho fue encubierto por el exgobierno, pese a que fue una falla gravísima del grupo de seguridad de la esposa de Correa. Este acontecimiento se pudo establecer solo por la casualidad: un miembro de seguridad del círculo del expresidente se encontraba en el aeropuerto de Guayaquil, quería retornar a Quito, y fue allí cuando vio a la exprimera dama sin seguridad y comunicó inmediatamente sobre este particular.
¿Qué pasó con el equipo de seguridad del capitán Peñaherrera?
El episodio de la rodilla lesionada del expresidente fue cierto, también sufrió una contractura en su mano, tal como consta en algunos enlaces sabatinos, donde Correa aparece con una platina en su mano. De ese episodio puede dar testimonio el sargento Édison Paniluisa. Él fue agredido por Correa y este caso debió denunciarse por abuso de autoridad.
Por estos antecedentes y por el miedo a las acusaciones del expresidente, todo el equipo de seguridad, que le acompañaba al capitán Peñaherrera, sacó una boleta de auxilio en contra de Rafael Correa. No es descabellado hacer una hipótesis sobre esos incidentes que estuvieron relacionados en el entorno de Diego Peñaherrera. Además, la Fiscalía debe investigar y establecer la verdad. (I)