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La posibilidad de estudiar, sin importar la edad, acaba con los prejuicios del viejo solo y sin metas

90 adultos mayores de Cuenca van a clases para convertirse en emprendedores

La Universidad del Adulto Mayor de Cuenca funciona en las instalaciones de las Hermanas de la Caridad. Los alumnos, en su mayoría, son personas jubiladas. Foto: Cortesía
La Universidad del Adulto Mayor de Cuenca funciona en las instalaciones de las Hermanas de la Caridad. Los alumnos, en su mayoría, son personas jubiladas. Foto: Cortesía
13 de septiembre de 2014 - 00:00 - Kléver Paredes B.

Tener 65 años o más, una copia de la cédula de identidad, dos fotos, si es posible la hoja de vida, saber leer y escribir. No son necesarios estudios superiores. Esos son los requisitos para ser parte de la Universidad del Adulto Mayor de Cuenca, que esta semana inauguró su nuevo ciclo de estudios.

Más de 90 estudiantes, entre hombres y mujeres, son parte de este programa que lleva 2 años en marcha y cuenta con el apoyo de la Red Iberoamérica de Asociaciones de Adultos Mayores (Riaam), la Universidad de Cuenca, el Municipio de Cuenca, las Hermanas de la Caridad y el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES).

El pénsum de estudios incluye materias como Calidad de Vida y Buen Vivir, Gerontología y Comunicación Electrónica y Microemprendimiento. La Universidad del Adulto Mayor se ha convertido en un espacio de aprendizaje, pero también de amar la vida hasta el final, como personas útiles y capaces de emprender nuevos retos, resaltó Saúl Chalco, fundador y coordinador de este centro de estudios, que cuenta con una extensión en Conocoto. La primera promoción de esta sede se graduó la semana pasada.

En Quito también se realizan talleres para adultos mayores, en los cuales una de las asignaturas es computación. Foto: Cortesía

En este nuevo ciclo se capacitará a los adultos mayores en administración y emprendimientos. De manera particular o en conjunto, contarán con las herramientas básicas para crear su propio negocio.

Uno de los primeros emprendimientos constituye la elaboración de jabones con plantas medicinales. Cada uno, de acuerdo a sus conocimientos y experiencia, aporta en los proyectos. El objetivo es cambiar la imagen negativa del viejo como carga por un viejo productivo y que aporta a la economía de la familia y de la sociedad.

Otro aspecto clave de aprendizaje será la comunicación electrónica, mediante un convenio firmado con el Instituto Sudamericano en cuyos laboratorios se impartirán las clases. Saúl Chalco destacó, además, las gestiones con universidades del exterior para crear pasantías que permitan el intercambio de conocimientos.

A partir del 8 de octubre se incorporará el módulo Psico-Gerontología en la malla curricular para comprender y buscar alternativas frente a la ansiedad y depresión, patologías frecuentes en los adultos mayores.

Desde la Universidad del Adulto Mayor se han fortalecido procesos paralelos de participación para este grupo de población, uno de ellos es la creación del programa radial ‘Por los caminos de la plenitud’, especializado en las personas adultas mayores y cuyo lanzamiento será el 24 de septiembre de 2014, en la radio Ciudad.

DATOS

Las nuevas generaciones de adultos mayores acaban con las imágenes obsoletas de la vejez y demuestran que en esta etapa de la vida las metas también están presentes

Las instancias de aprendizaje, de compartir con pares, de reflexión, disfrute, aleja a los adultos mayores del ámbito de la salud, en cuanto a espacio negativamente valorado por estar centrado en las enfermedades.

En el estudio de Argentina, el 91% de los encuestados siente que aprendió cosas importantes: entrenar la memoria, manejar una herramienta de computación, fortalecer la autoestima, desarrollar el humor.

Sobre las redes sociales, la investigación del Cepram destaca que el 86% de los alumnos hizo nuevos amigos “en gran medida”, lo que demuestra que el apoyo social también se construye en las aulas. De igual manera, esto termina con el prejuicio de que los adultos mayores no pueden acceder a la tecnología. Sin duda lo hacen, aunque de manera más lenta.

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