No espere llegar a los 50 años para enfrentar la vejez
Cada segundo, dos personas cumplen 60 años a nivel mundial. Es decir, el total anual representa casi 58 millones de personas que llegan a esa edad. En 2050, una de cada cinco personas tendrá más de 60 años, según los datos de la organización internacional HelpAge.
El envejecimiento de los seres humanos es un proceso natural que se produce durante todo el ciclo de la vida, pero no es igual para todos. Cada persona envejece de manera diferente, conforme a la calidad de vida que tuvo durante su infancia, adolescencia y edad adulta.
Otros aspectos que inciden en el envejecimiento son los estilos de vida, la geografía, la exposición a factores de riesgo, la educación, el cuidado de la salud... Y, de manera especial, las condiciones económicas que se disponga.
Una publicación de The Wall Street Journal, difundida en el portal de la universidad Maimónides de Argentina, deja al descubierto los cambios que sufre el ser humano en las diferentes etapas de la vida y por qué la importancia de aprender a envejecer. Mucho mejor si se empieza desde tempranas edades.
En la publicación se menciona que la pérdida de audición vinculada con la edad empieza a los 25 años, a pesar de que no es perceptible hasta décadas más tarde. De igual manera, a partir de los 30 años disminuye la masa ósea.
Un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Duke de Estados Unidos encontró que algunos tipos de declinación física -en particular la fuerza y el equilibrio de la parte inferior del cuerpo- comienzan a los 50 años.
“Cada función del cuerpo humano disminuye 5% en 10 años”, explica Michael Roizen, presidente del Instituto del Bienestar de la Clínica Cleveland. “Esto es la función del cerebro, cardíaca, del hígado. La diferencia es en qué punto lo siente usted y cuándo llega al nivel crítico que causa una disminución del funcionamiento”.
Un estudio de rendimiento físico, publicado en julio de este año por Journals of Gerontology: ‘Medical Sciences’ analizó a 775 personas de entre 30 y más de 90 años. Los participantes tomaron cinco pruebas funcionales que miden la fuerza, el equilibrio y la resistencia, como pararse en un pie por un minuto y levantarse de una silla varias veces durante 30 segundos.
Como era de esperarse, las personas más jóvenes tuvieron un mejor desempeño general que las personas mayores y los hombres mejor que las mujeres, menciona Miriam Morey, profesora de la facultad de Medicina de la Universidad de Duke y autora principal del estudio. Pero los investigadores se sorprendieron al encontrar un marcado descenso en el rendimiento en la prueba de equilibrio y la de levantarse de la silla cuando los participantes rondaban los 50 años.
“Debemos tener en cuenta la medición de estas cosas durante toda la vida útil y no suponer que se trata de problemas de ancianos. Es más bien un problema de envejecimiento”, dice Morey.
Cuando se trata del deterioro cognitivo, señala la publicación de The Wall Street Journal, existe una pérdida gradual de funciones diferentes. La velocidad de procesamiento mental y la memoria en funcionamiento alcanzan su punto máximo entre los 20 y 29 años y poco a poco empieza a disminuir.
Aprender nueva información después de los 40 años puede ser más difícil, expresa Kathy Wild, profesora asociada de neurología y psiquiatría en la Universidad de Salud y Ciencia de Oregon, en Portland. Las tareas que requieren concentración deben hacerse con el mínimo de interrupciones o distracciones.
“Hacer una sola cosa hasta terminarla. Se trata realmente de estructurar el ambiente para minimizar distracciones”, manifiesta la profesora de neurología.
Ojos que no ven
Después de los 40 años, incluso, las personas que no usan lentes tienen dificultad para enfocar objetos que están muy cerca, como el texto de un libro, revela Rebecca Taylor, portavoz clínica de la Academia estadounidense de Oftalmología y oftalmóloga en Nashville, Tennessee. Esa condición se llama presbicia, la pérdida gradual de la capacidad de los ojos de enfocar activamente objetos cercanos.
Para las mujeres en particular, la resequedad de los ojos se convierte en un problema común después de los 45 años y principios de los 50, manifiesta Taylor. El glaucoma y el desarrollo de cataratas son problemas comunes en esta década y después de los 60 años.
A los 75 años, aproximadamente el 70% de las personas desarrolla cataratas, que provocan la pérdida de la visión en las noches, pero que es fácil de tratar con cirugía.
El problema más grave de visión es la degeneración macular relacionada con la edad. No hay cura para esta enfermedad, por lo que la prevención, comenzando con una dieta saludable, es clave, advierte Taylor.
La doctora recomienda dietas con alto contenido en vitamina C y E, zinc, cobre, luteína y zeaxantina, sustancias que se encuentran en las verduras de hoja verde. No fumar y usar gafas de sol con 100% de protección contra los rayos ultravioleta es también necesario.
La audición se debe tomar muy en cuenta con el transcurso de los años. Los sonidos agudos son los primeros que se pierden. Se escucha mejor entre los 18 y 25 años, explica Ian Windmill, director clínico de audiología en el Centro Médico del Hospital Infantil de Cincinnati. “En realidad, comienza a descender después de eso, pero es tan lento, que uno no se da cuenta durante muchos años”.
El término médico para la pérdida de audición relacionada con la edad es presbiacusia. Por lo general, se manifiesta en torno a los 50 años. No hay manera de restablecer dicha pérdida, ya que es causada por la genética y por factores ambientales, como la exposición a ruidos fuertes y productos químicos, así como por la dieta y las medicinas.
Evitar todos los ruidos fuertes es imposible, pero se puede reducir su impacto adoptando medidas como el uso de protección auditiva al cortar el césped o al asistir a un concierto de rock. Por lo general se piensa que a los 40 años empiezan los achaques debido a la vejez, sin embargo, la disminución de funciones aparece antes. Del estudio se desprende que se debe fomentar calidad de vida durante todo el proceso de envejecimiento, que se pone en marcha desde que una persona nace. Una dieta completa y equilibrada, la práctica regular de ejercicio físico y fomentar las actividades sociales son la clave fundamental para envejecer con salud.
Enfermedades derivadas del exceso de peso son la diabetes, hipertensión, cardiovasculares, artrosis y constituyen un peligro para las personas mayores. En España, en la población mayor de 60 años, la prevalencia de la obesidad es de 30,9% en hombres y 39,8% en mujeres.
El bajo poder adquisitivo, la escasa autonomía física y la falta de conocimientos sobre nutrición favorecen un envejecimiento incorrecto. (I)
Los comportamientos y cuidados que contribuyen a vivir por más tiempo
Llegar a la vejez es un privilegio que no todas las personas logran. En esta etapa de la vida el buen estado de salud debe ser una preocupación continua para todos los individuos.
Pero no todos envejecen de la misma forma ni con la misma rapidez. Asimismo, hay gente que toda su vida se ha descuidado: fuma o bebe licor en exceso, o ambas cosas y llega con una salud aceptable, e incluso inexplicable hasta los 90 años o más. Otras personas, en cambio, que siempre se cuidaron, incomprensiblemente, no pasan de 60 años.
Parece injusto e ilógico, lo que nos lleva a pensar que todo esto forma parte de una suerte de lotería de la vida, señala una publicación del portal Alzhéimer Universal.
Pero hay ciertos comportamientos y cuidados que permiten una existencia agradable y por más tiempo, es decir, mejor calidad de vida. Estos son:
Alimentación saludable: Dieta mediterránea teniendo en cuenta que es mejor cocinar al vapor o al horno los alimentos y que no sean procesados.
Sueño tranquilo y reparador: Alrededor de 8 horas diarias es recomendable para tratar de evitar envejecer prematuramente.
Reducción de las porciones de comidas: Raciones adecuadas y variadas retardarían el envejecimiento.
Actividad física: Al menos media hora al día de acuerdo a las posibilidades personales.
Socialización: No aislarse y entretenerse siempre con lo que a uno más le guste.
Alejarse del estrés: Según estudios, el estrés aceleraría el envejecimiento celular.
El envejecimiento ha sido motivo de estudio desde siempre. Los científicos buscan conocer los factores que intervienen en una mejor o peor ancianidad.
A esta preocupación se refiere el trabajo investigativo realizado en la Universidad de Duke (EE.UU.), el cual se basó en el Estudio Dunedin.
La mencionada investigación manejó información de salud de más de 1.000 personas de esa ciudad neozelandesa desde el nacimiento entre 1972 y 1973 hasta hoy.
A 1.000 participantes se les examinó usando un algoritmo que incluye diez biomarcadores. Entre ellos estaban los siguientes:
Índice cintura-cadera
Salud de encías
Niveles de colesterol y triglicéridos
Presión arterial
Los participantes tenían una edad cronológica de 38 años y les calcularon su edad biológica. Algunos lograron una edad biológica de hasta 28 años y a otros participantes les correspondió una edad biológica de 61 años.
Los investigadores usaron como referencia la variación de 18 biomarcadores entre los 26 y los 38 años con la intención de medir el ritmo de envejecimiento y descubrieron que la mayoría de las personas envejece un año biológico cada año.
No obstante a lo anterior, también existían personas que envejecían hasta 3 años biológicos por año y 3 de los participantes tenían ritmo de envejecimiento inferior a 0 (recuperando juventud fisiológica durante la treintena).
Entre las conclusiones se resaltó que el envejecimiento varía en la mayoría de las personas. Aquellos que envejecían más rápido y tenían una edad biológica mayor, sufrían un deterioro más rápido del cociente intelectual, mayor riesgo de demencia o peor equilibrio lo que provocaría caídas. (I)
La actividad física permanente es lo aconsejable frente al envejecimiento
La parte inferior y el núcleo del cuerpo y la fuerza de postura son especialmente críticos, dice Katherine S. Hall, profesora asistente de medicina de la Universidad de Duke y autora del estudio ‘Cuanto antes se inicie un programa de ejercicio, mejor’.
Una de las características del envejecimiento es la sarcopenia, la pérdida progresiva del músculo esquelético que se inicia después de los 30 años, dice Nathan LeBrasseur, profesor asociado de medicina física y rehabilitación en la Clínica Mayo de Rochester, Minnesota. Esta condición se hace notar a los 40 años, cuando a menudo se vuelve más difícil perder peso.
La pérdida de masa muscular ocurre a un ritmo de alrededor de 10% por década, dice, mientras que la fuerza y la potencia muscular, o sea la capacidad de generar fuerza durante ciertos períodos de tiempo, disminuye de forma aún más dramática. LeBrasseur dice que esto puede ir más allá de la pérdida de músculo, y estar relacionado con las señales y los cambios en el sistema circulatorio del cerebro.
Kyle Jeray, vicepresidente de asuntos académicos del departamento de cirugía ortopédica de Greenville, Carolina del Sur, dice que la masa ósea llega a su punto máximo a los 30 años.
Los hombres y las mujeres tienen las mismas tasas de pérdida entre los 30 y los 50 años, pero luego de la menopausia, las mujeres experimentan un rápido aumento en la pérdida ósea. (I)