Juan Ramón Liébana Ortiz, docente del Máster en Arbitraje Internacional y Arbitraje Deportivo de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR), España, habló con El Telégrafo sobre los efectos del covid-19 en el mundo del deporte.

¿Cuáles han sido los deportes más afectados por la crisis sanitaria?

Todos los deportes se han visto afectados por la crisis, pero  el de alta competición es un gran negocio, y los deportes como el fútbol, el tenis o el baloncesto, que cuentan con miles de millones de seguidores en el mundo, van a suponer cuantiosas pérdidas económicas.

Basta recordar que la decisión de postergar los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 hasta el verano de 2021 parte inicialmente del Comité Olímpico Japonés, la Gobernadora de Tokio y del Primer Ministro Japonés. Hay que tener en cuenta que la inversión final hecha para la celebración de la cita deportiva más importante a nivel mundial asciende a unos 30.150 millones de dólares (unos 5.910 millones de dólares asumidos por la ciudad de Tokio, otros 5.910 millones de dólares por el Comité Olímpico de Japón y unos 1.495 por el Gobierno nipón).

Se contaba con unos ingresos previstos de 52.000 millones de dólares, entre los que estaban contabilizados 5.320 millones de dólares por derechos de televisión, 3.556 millones de dólares procedentes de patrocinios privados de empresas como Toyota, Bridgestone o Panasonic o 1.060 millones de dólares en concepto de entradas, mercadotecnia y otros aspectos como los ingresos previstos por la llegada de turistas extranjeros, en una cifra estimada superior a los 600.000 visitantes; todo lo cual queda puesto en solfa ahora por la situación que puede haber de cara al próximo verano de 2021.

¿Qué pasa con el rey de los deportes?

En el caso del fútbol, la Federación Internacional de Futbol Atlético (FIFA) está evaluando suspender todo el fútbol de selecciones durante el año 2020, y dejar las eliminatorias para el Mundial de Fútbol de Qatar 2022 para el año 2021.

En Europa, aunque la UEFA ha pospuesto la Eurocopa de Fútbol que debería haberse celebrado este verano para que tenga lugar entre el 11 de junio y el 11 de julio de 2021, sin embargo, ha recomendado que se acaben los campeonatos nacionales de liga.

Pero se trata de una mera recomendación, sujeta a la valoración de cada Federación Nacional de Fútbol en función de la situación sanitaria de cada país. Y salvo Bélgica, en donde su Liga Profesional de Fútbol, formada por los equipos de las dos primeras divisiones del país, decidió dar por finalizada la temporada y proclamar campeón al Club Brujas. Las federaciones nacionales del resto del continente han decido acabar sus respectivas ligas jugando los partidos a puerta cerrada y reforzando las medidas sanitarias.

También la Champion League y la Europa League son competiciones futbolísticas europeas que se están terminando. La razón económica de fondo es que tanto las ligas nacionales como las euroligas son productos televisivos que ya estaban vendidos, y sólo se perdía el porcentaje de ingresos debidos a entradas.

¿Cómo trastocó la economía de los equipos deportivos?

Tomando el caso del fútbol español, La Liga Profesional de Fútbol realizó una estimación de las pérdidas en el caso de que la Primera y la Segunda división se hubieran cancelado definitivamente a consecuencia de la covid-19: 802 millones de dólares, que se repartirían en 649 millones de dólares vinculados a los derechos de televisión, 104 millones de dólares en concepto de abonos y 48 millones de dólares por ingresos de taquillas. Como finalmente los partidos de las ligas de 1ª y 2ª división se están jugando a puerta cerrada, las pérdidas rondarán los 152 millones de dólares.

¿Y si tomamos como ejemplo el básquet?

La NBA ha decidido aislar en una burbuja anticoronavirus en el complejo de ESPN, en Disney World, a los 22 equipos para permitir que la acción de la liga de baloncesto más importante del planeta tenga un final de temporada digno, aunque ello implique que los partidos sean a puerta cerrada. En julio algunos de sus jugadores dieron positivo, pero los últimos resultados de las pruebas de covid-19 realizadas el 17 de agosto a los 341 encestadores de la NBA han dado negativo. Si no se hubiera reanudado la temporada de la NBA, dejaría a los jugadores una pérdida de 1.200 millones de dólares de salarios y a los dueños de los equipos de baloncesto de 2.400 millones de dólares de ingresos.

¿Qué problemas ha enfrentado el tenis?

En el caso del tenis profesional, la Federación Francesa de Tenis (FFT) también ha optado por aplazar el Grand Slam de Roland Garros, que debía disputarse entre el 24 de mayo y el 7 de junio pero que se jugará entre el 20 de septiembre y el 4 de octubre de 2020 si se supera la pandemia. Pero, si finalmente no se celebrase este torneo de tenis, la FFT tendría que endeudarse enormemente, se perderían los 131 millones de dólares que aporta para fomentar el tenis a nivel nacional e internacional, y se pondría en peligro el empleo de muchas familias, estimándose que las pérdidas llegarían a los 307 millones de dólares.

El Grand Slam de tenis de Wimbledon, cuyo torneo estaba previsto celebrarse entre el 29 de junio y el 12 de julio, y que debido a la pandemia del covid-19 se canceló en abril. Lo anecdótico de este caso es que el All-England Lawn Tennis Club lleva 17 años pagando un seguro de daños específico para el caso en que Wimbledon cancele por una pandemia mundial. Finalmente, este evento ha ocurrido y el seguro pagará unos 141 millones de dólares, es decir, casi la mitad de la cantidad de lo que el club espera perder como resultado de la cancelación. ¡Pero es que los ingleses fueron quienes inventaron los seguros!

¿Pero qué ha ocurrido con otros deportes menos mercantilistas?

Sin embargo, en esas modalidades deportivas la paralización de los entrenamientos y las competiciones no ha tenido efectos tan negativos desde el punto de vista laboral para los deportistas porque realmente los judocas, los piragüistas o los esgrimistas, que habitualmente tienen otra profesión o están becados y no pueden vivir de estos deportes. En el caso del judo, que lo conozco bien porque, solo se obtiene buenos premios en las competiciones absolutas, que pueden dar hasta 8.281 dólares por conseguir el primer premio, y para que te patrocinen o te dé dinero la Federación Internacional de Judo tienes que ser de los mejores del mundo; por no decir una estrella.

¿Qué pasa con los deportistas en términos laborales?

La paralización de las competiciones está afectando a los deportistas de la misma manera que el cierre de comercios, bares, restaurantes, teatros y cines están afectando a los trabajadores de esas actividades. En el caso de los deportistas profesionales (fútbol, baloncesto, tenis, fórmula 1…) los deportistas deben cumplir sus contratos de trabajo y el convenio colectivo que en su caso les resulte de aplicación. Sin embargo, el impacto del coronavirus está siendo asimétrico.

Por ejemplo, en marzo el Barcelona CF presentó un expediente de regulación de empleo por fuerza mayor para reducir el salario de todos los empleados del club, incluidos sus futbolistas estrella, ya que hasta que no se reiniciaron los campeonatos en Europa y el club no ingresaba nada por venta de entradas ni por derechos de televisión a otros 224 jugadores que habrían participado en la clasificación.

¿Existe alguna salida legal?

A los equipos y a los deportistas individuales que se vean perjudicados por la cancelación no les quedará más remedio que recurrir en arbitraje ante el Tribunal de resolución de disputas de dicha federación deportiva y, si aún no están de acuerdo con lo que ésta decida, podrán recurrir el laudo en apelación ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo de Suiza.

Lo que ocurre es que, al tratarse de un evento de fuerza mayor y al haberse dado libertad a las federaciones deportivas nacionales para que decidan qué hacer respecto a las competiciones nacionales en función de la situación sanitaria de cada país, no existen tantas certezas jurídicas. Habrá que estar al caso concreto: cuáles son los hechos concretos en cada supuesto, qué derecho resulta aplicable, cuál es la situación de la pandemia en ese país, qué tipo de deporte se trata.

¿Cuál sería la solución?

La solución óptima, en mi opinión, es tratar de que las ligas deportivas puedan terminarse, aunque se tengan que celebrar a puerta cerrada y durante los meses de agosto e incluso septiembre. Es lo más justo para los equipos y los deportistas, que podrán luchar por ganar la competición o para evitar su descenso a categorías inferiores, y es también lo más razonable desde el punto de vista económico porque se trata de competiciones cuyos derechos televisivos ya se habían vendido.

¿Se podría encontrar algún aspecto positivo en la emergencia sanitaria para los deportistas?

Si, los plazos de suspensión por dopaje no se suspenden, y corren a favor de aquellos deportistas que hubieran sido sancionados por la Agencia Mundial Antidopaje. Teniendo en cuenta que los Juegos Olímpicos de Tokio se han aplazado hasta el verano de 2021, habrá algunos deportistas que inicialmente no podían competir en esta cita olímpica al estar sancionados por dopaje y que, sin embargo, gracias al covid-19, podrán optar a clasificarse en su modalidad deportiva una vez superado el periodo de sanción, y ocupar así una del 43% de las plazas para los Juegos Olímpicos de Tokio que aún restan por cubrir.

¿Qué riesgos para la salud se pueden correr con la apertura de campeonatos como la UEFA Champions League y los campeonatos locales?

El riesgo evidente es que se dispare la tasa de contagios por la covid-19. Para evitarlo yo creo que las Federaciones nacionales están tomando las medidas adecuadas, al imponer la celebración de estos campeonatos a puerta cerrada, obligando a los jugadores a realizarse constantes pruebas PCR para controlar si están afectados o no, y a comunicar obligadamente si hay un positivo entre los jugadores de algún equipo para poner en cuarentena a toda la plantilla, así como a los jugadores de otros equipos que hayan podido tener contacto con el contagiado hasta que se compruebe que no están infectados.

Esto ralentiza las competiciones, al tener que aplazarse algunos encuentros, pero es la única manera lógica de finalizar las competiciones con ciertas garantías sanitarias.

¿Qué medidas se deben tomar cuando los hinchas puedan volver a las canchas?

Se deben extremar las medidas sanitarias, limitando los aforos en las canchas para que haya una distancia mínima de 1,5 o 2 metros entre cada hincha, se debe prohibir el contacto físico entre los hinchas y limitar el consumo de alimentos y bebidas para garantizar el uso obligado de tapabocas y mascarillas, y se deben intensificar las medidas de limpieza e higiene especialmente en las zonas de mayor contacto físico (taquillas, cafeterías, baños…).

Hay otros sectores que se han visto afectados por la paralización del deporte, como el servicio de televisión por cable ¿Qué opina sobre este tema?

Desde el punto de vista civil y mercantil, todas las federaciones deportivas nacionales e internacionales con el Comité Olímpico Internacional a la cabeza han considerado que la pandemia y el aislamiento o la cuarentena obligatoria es un claro supuesto de fuerza mayor, al tratarse de un evento imprevisible, inevitable y ajeno a las partes. De esta forma, para todos los contratos sobre los derechos televisivos de los eventos deportivos, pero también para los de patrocinio, merchandising y demás, deberán de interpretarse a la luz de los efectos de la fuerza mayor provocada por emergencia sanitaria.

La fuerza mayor implica fundamentalmente tres patologías contractuales: la imposibilidad de cumplimiento del contrato; la frustración del fin del contrato; y el desequilibrio económico del contrato. (I)