El pinzón carpintero de galápagos usa ‘palitos’ para acceder a insectos escondidos en los troncos
Los científicos revelan que la inteligencia no es exclusiva de los seres humanos
La inteligencia comprende una serie de destrezas y comportamientos, que –hasta hace no mucho- creíamos patrimonio exclusivo de los humanos. Aproximadamente desde la década de los años 50 varios científicos vienen estudiando la conducta de los animales y están descubriendo que sus capacidades mentales van más allá de lo que suponíamos. Y es que ser inteligente supone una ventaja a la hora de sobrevivir, pues permite a las especies alimentarse mejor, reproducirse, cuidar a las crías y escapar de los depredadores.
Se ha visto –por ejemplo- que los animales pueden tener una capacidad de recordar impresionante. Basta con saber que hay muchas especies que viajan distancias enormes y vuelven al mismo lugar para reproducirse. Varios experimentos de laboratorio han corroborado esa capacidad: se ha demostrado -por ejemplo- que los chimpancés son capaces de recordar números mejor de lo que lo hacemos nosotros.
Se ha dicho que el ser humano es pensante porque es capaz de utilizar herramientas. Los animales también lo hacen. Hay cuervos que ‘pescan’ con un pedazo de comida como carnada para atrapar a sus presas. Aquí en nuestras Galápagos, el pinzón carpintero utiliza palitos manejados con su boca para acceder a los insectos escondidos dentro de los troncos de los árboles. Los chimpancés también lo hacen…pero hay más.
Hace unos años una investigación reveló que un grupo de chimpancés en Senegal utilizaba palos afilados como lanzas cuando cazaba, considerándose la primera prueba de uso sistemático de armas en una especie distinta a la humana. También usan herramientas para esconderse, como ciertos cangrejos que se disfrazan con cáscaras de coco para huir de sus depredadores.
Se ha demostrado también que hay animales que pueden tener conciencia de sí mismos. En la década de los 70, Gordon Gallup diseñó la prueba del espejo. Consistía en un experimento en el que a ciertos animales se les hacía una marca visible con pintura mientras estaban dormidos o sedados, de tal manera que ellos no sabían el particular.
Cuando despertaban, se les presentaba un espejo. Se vio cómo los chimpancés empezaban inmediatamente a limpiarse la marca, demostrando que sabían que lo que veían en el espejo eran ellos. Ejemplos que demuestran la inteligencia animal hay cada vez más, pero hoy solo tomaremos 2 muy representativos. (I) (...continúa)