Las peleas enseñan a negociar
Para los chicos es difícil tomar distancia con un hermano con el que han peleado, porque simplemente se sientan juntos en la mesa de comedor, duermen en la misma habitación y viven en la misma casa todo el tiempo.
A diferencia de los amigos, que viven en un espacio diferente y pueden irse por un tiempo incluso indefinido, los hermanos por mucho que peleen estárían obligados a seguir juntos y los científicos que estudian el comportamiento humano piensan que esa situación nos ayuda en nuestra vida adulta a enfrentar mejor las situaciones sociales estresantes: peleas de pareja, presión con compañeros de trabajo o discusiones con amigos.
Un estudio conducido por el sicólogo Daniel Shaw de la Universidad de Pittsburg analizó a lo largo de varios años a más de 90 grupos de hermanos. Los vio interactuar cuando tenían 2 años y cuando tenían 5, les propuso un juego dirigido en el que ellos debían escoger 1 de 3 juguetes que se les ofreció. Para cambiar de juguete era preciso que ambos niños estuvieran de acuerdo.
La metodología del estudio establecía un rango del 1 al 5 de conflicto; desde los que negociaban con un simple cruce de palabras hasta los que armaban todo un berrinche para ponerse de acuerdo. Luego fue a las escuelas de esos niños y observó que aquellos que tenían mejores puntuaciones en la resolución de conflictos en casa, también demostraban esas habilidades de negociación en la escuela y eran más hábiles a la hora de poner fin a una pelea.
Las peleas con los hermanos no serían tan malas como creíamos; por el contrario, pueden ser la manera más natural de aprender a manejar una relación entre iguales. (...continúa)