Las conexiones neuronales son las que transmiten la información
Grasas entorpecen las conexiones cerebrales
En pleno siglo XXI, aprender, retener los conocimientos y usar esa información para tomar decisiones acertadas son destrezas importantes para todos. No importa si son adultos, adolescentes o niños. Todos están expuestos siempre a nuevos aprendizajes.
Una investigación reciente en neurociencia y psicobiología han ayudado a entender mejor cómo funciona el cerebro en el momento de recibir y procesar nueva información y qué circunstancias favorecen un aprendizaje efectivo. Aquí algunos de los hallazgos más importantes.
Hacer deporte nos ayuda a aprender
Los científicos han encontrado que quienes practican deporte regularmente tienen mejor memoria y mayor flexibilidad y velocidad de procesamiento mental de la información. Incluso se ha visto que una sesión diaria de 30 minutos de ejercicio aeróbico, como montar bicicleta, trotar o caminar, contribuye con estos beneficios.
Eso sucede porque la actividad física genera una proteína del cerebro llamada BDNF, que aumenta la plasticidad o capacidad de las neuronas para formar nuevas conexiones entre ellas. El deporte también favorece la irrigación sanguínea en el cerebro y puede aumentar el número de neuronas que nacen a diario.
Dormir para aprender
El sueño es un aliado del aprendizaje. Dormir permite la regeneración celular. Aquellas células que se mueren durante la actividad diurna se reemplazan cuando se descansa. Además, el cerebro reorganiza y estructura los contenidos de la mente haciendo posible la integración de aquella nueva información aprendida en los esquemas de conocimiento ya existentes.
Es como si en la noche se archiva lo aprendido en el día en las carpetas de temas que ya había en el cerebro. Es en ese momento cuando se traslada la información almacenada en la memoria de corto plazo a la bodega donde se guardan las memorias a largo plazo y se fijan los conocimientos. (...continúa)