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El Telégrafo
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La estación internacional es un gran laboratorio

La tecnología espacial también sirve en la Tierra

La tecnología espacial también sirve en la Tierra
15 de noviembre de 2015 - 00:00 - María Eulalia Silva

La Estación Espacial Internacional (EEI) está habitada permanentemente por seres humanos desde hace 15 años. Orbita a más de 400 kilómetros del suelo y viaja a 28.000 kilómetros por hora, llegando a circunvalar el planeta cada 90 minutos. Es el objeto más caro jamás construido. Se estima que su costo sobrepasó los $ 120.000 millones. Pero ¿para qué sirve? La respuesta es para varias cosas.

La estación apoya la búsqueda de alguna forma de vida fuera de la Tierra y son varias los experimentos que se realizan a nivel astronómico para entender de qué está hecho y cómo surgió el universo. Es un laboratorio de biotecnología vegetal que ya empieza a cosechar los primeros frutos cultivados en el espacio y fuera del suelo terrestre. Dada su posición es un excelente observatorio del planeta y al estar exento de la fuerza de la gravedad también es un sitio donde se hacen útiles investigaciones. Muchas de las cuales han dado frutos y se aplican en tierra firme. Son solo unos ejemplos.

Diagnóstico y cirugía a distancia

Los tripulantes de la estación pasan períodos de aproximadamente 6 meses en órbita. En ese lapso pueden enfermar y requerir de ayuda médica, incluso de intervenciones quirúrgicas y no hay un médico cirujano de planta. Para esos casos se desarrolló un sistema avanzado de ultrasonido que permite tener un diagnóstico claro de los pacientes a quienes les asisten médicos expertos a distancia. Esa misma tecnología es aplicable en regiones remotas del planeta, en las que los enfermos puedan ser asistidos por el uso de unidades de ultrasonido, la telemedicina y las técnicas de orientación a distancia.

Incluso se ha desarrollado instrumental médico para hacer delicadas cirugías allá y que ya se utiliza en tierra para remover tumores cerebrales que se creían inoperables. En 2008, Paige Nickason tenía 21 años y un tumor en su cerebro que no podía ser removido, hasta que fue intervenida por el sistema quirúrgico neuroarm.

Se trata de un brazo robótico con una precisión milimétrica y con capacidad de ampliar la imagen varias veces. Fue desarrollado por la Agencia Espacial Canadiense y la Universidad de Calgary y hoy ya ha intervenido a más de una treintena de pacientes. Este sistema nació de un proyecto robótico que realiza trabajo pesado y mantenimiento a bordo de la estación. Incluso este sistema ha sido la base para otro similar especializado en la detección, tratamiento e intervención de cáncer de mama.

Hasta el momento está en etapa de ensayos clínicos y se espera pronto empezar a utilizarse con los primeros pacientes. Es un sistema que funciona dentro de una máquina de resonancia magnética, pero la novedad que aporta es que con solo una incisión el tumor puede ser diagnosticado, localizado y removido, y todo esto a distancia. Como se mantiene la característica de la precisión de su predecesor, esta máquina permite a los cirujanos ser capaces de realizar movimientos precisos durante las biopsias. (...continúa).

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