REFLEXIÓN
Buen Vivir: conceptualización y medición
La Constitución de 2008 definió un nuevo contrato social y lo denominó Buen Vivir o Sumak Kawsay. Este concepto sirve para disputar política e ideológicamente la visión sobre el tipo de sociedad que queremos alcanzar. El Buen Vivir requiere —como noción— seguir construyéndose desde la filosofía política, necesita acoger y diferenciarse de otras concepciones del bien-estar como las de capacidades, calidad de vida, bienestar subjetivo, desarrollo humano, necesidades básicas, derechos humanos, bienes primarios, entre otras.
Según algunas aproximaciones, el Buen Vivir comprendería lograr armonía interna, armonía con la comunidad y entre comunidades, y armonía con la naturaleza. La armonía interna implica que las personas puedan desarrollar todo su potencial humano, todo lo que pueden ser y hacer en un marco de libertad. Tiene relación con la reproducción ampliada de la vida y con los derechos humanos; requiere contar —especialmente— con buena salud física y mental, y educación. Está relacionada también con la felicidad, la satisfacción con la vida y el bienestar subjetivo. Considera la supremacía del trabajo sobre el capital y contempla que la gente está primero, que es el fin del desarrollo, y que la economía debe estar al servicio de ella. También comprende el equilibrio en la asignación del tiempo entre trabajo remunerado, trabajo no remunerado y ocio. Requiere contar con un trabajo remunerado y una remuneración digna.
Paralelamente a la profundización del concepto, es necesario definir una base de información y un sistema de evaluación que permita verificar los avances, estancamientos y retrocesos.
La armonía con la comunidad y entre comunidades significa que las personas vivan juntas y como iguales, y que tengan esa voluntad de convivir bien. Tiene relación con fortalecer las relaciones sociales, las interacciones y lazos cooperativos, las relaciones de solidaridad, reciprocidad, fraternidad, y respetar la diversidad. Abarca la inclusión, cohesión, capital social, participación e interculturalidad. Requiere promover la igualdad y reducir las disparidades. Además, comprende al sistema económico como social y solidario.
La armonía con la naturaleza implica que las personas, las empresas y la sociedad respeten el entorno natural que es la fuente de la reproducción de la vida. Entiende a la economía como un subsistema de un sistema mayor denominado biósfera y que las condiciones ambientales afectan directa o indirectamente la vida de la gente, así como las actividades humanas afectan al medio ambiente. Tiene relación con los derechos de la naturaleza, la justicia intergeneracional y la sustentabilidad ambiental.
Paralelamente a la profundización de la conceptualización del Buen Vivir, es necesario definir la base de información y el sistema de evaluación del Buen Vivir que permita establecer los avances, estancamientos y retrocesos. Se requiere evaluar tanto las condiciones estructurales que impiden o potencian el logro del Buen Vivir, como la dinámica cambiante.
Por último, el encaminar un proceso de desarrollo enfocado hacia el logro del Buen Vivir demanda, para su implementación, revisar los esquemas estadísticos y contables existentes, analizar los alcances y límites de los indicadores tradicionales de bienestar, establecer la necesidad de conservarlos o reformularlos, e identificar los nuevos indicadores y nuevas fuentes de información que se requieren para una mejor valoración del rol de las políticas públicas en el logro del Buen Vivir.