COYUNTURA
El sur del Ecuador, 7 años después
Por Econ. Kevin Jiménez, Subsecretario Senplades Zona 7
La planificación por objetivos de desarrollo del Plan Nacional para el Buen Vivir (PNBV), muestra resultados importantes como el crecimiento pro-pobre, mayor igualdad y generación de empleo de calidad, por los que el país es reconocido internacionalmente. Sin embargo, ¿qué sucede a nivel territorial?
El sur del país en 2014 no es el mismo que el del año 2006. Partamos de algunos hechos estilizados, recogidos en el diagnóstico de la Agenda Zonal, elaborada por la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades), que se presentan a continuación:
La Zona 7, integrada por las provincias de El Oro, Loja y Zamora Chinchipe, representa el 11% del territorio ecuatoriano, con una población que corresponde al 8% nacional; y, aporta menos del 6% del Valor Agregado Bruto (VAB) (2009).
El 67% de su superficie corresponde a una cubierta vegetal natural, el 31% se destina a uso agro productivo. Los principales cultivos por ocupación del territorio son banano, maíz duro seco, café, cacao, arroz. Uno de los principales problemas es el bajo rendimiento de los cultivos agrícolas y la producción pecuaria, ya que únicamente el 13,7% de la superficie total de la zona tiene aptitud agrícola. Existen altos niveles de concentración de los factores de producción (tierra, crédito y riego), deficiente infraestructura productiva, escasa organización y asociatividad de los productores, entre otros.
En materia social destacan importantes logros como la disminución sostenida de la pobreza y extrema pobreza por ingresos; la reducción de la desigualdad; avances en cobertura educativa y mejoras en asistencia sanitaria; “sin embargo, aún prevalecen carencias importantes heredadas de una estructura social tradicionalmente desigual”, según el Atlas de las Desigualdades 2013. Existen profundas disparidades entre el área urbana y rural, y minorías étnicas enfrentan mayor pobreza. En cuanto a servicios básicos, existen deficiencias principalmente en alcantarillado, manejo de desechos y agua potable.
En el sur manifiestan potencialidades y ventajas importantes de aprovechar para cambiar la dinámica social y productiva, como: biodiversidad, recursos minerales, el sector turístico, recursos marítimos, la situación fronteriza de las 3 provincias, el vasto patrimonio cultural tangible e intangible y la mejora de la competitividad sistémica alcanzada mediante la inversión pública realizada en la zona.
Los cambios en el sur
Este Gobierno ha materializado aspiraciones históricas como la construcción del parque Eólico Villonaco; Hidroeléctrica Delsitanisagua, Atracadero 5 de Puerto Bolívar; unidades educativas del milenio, ECU911 en Loja y Machala, hospitales, ejes viales, Planta de Bioinsumos en Loja, aeropuertos de Catamayo y Santa Rosa, proyectos mineros como Isimanchi, Mirador y Fruta del Norte, Puente Internacional de Macará, Proyecto de Riego Zapotillo, Proyecto multipropósito Tahuín, entre otros.
En 2013 la tasa neta de educación básica se ha universalizado (95,6%). La tasa neta de asistencia de bachillerato supera el 66%, es decir, aumentó 18,6 puntos porcentuales (pp) desde 2006. En contraste, la tasa bruta de matrícula en educación superior alcanza el 29%, observándose marcadas diferencias entre Loja y la Amazonía que superan los 19 pp. El analfabetismo digital se ha reducido 13 pp en los últimos 5 años hasta ubicarse en 1 de cada 5 habitantes en el 2013. En el mismo período el porcentaje de personas (mayores a 5 años) que usan las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) se incrementó en 13,6 pp, superando el 43,1%.
En salud, la tasa de mortalidad infantil (por 1.000 nacidos vivos), entre 2006 y 2011 (último dato disponible) se redujo en 40% y se ubica en 5,8%.
Entre 2013 y 2006, el porcentaje de hogares que viven en hacinamiento, prácticamente se redujo a la mitad en la Zona 7, al 10,9%. Aquellos hogares con un sistema adecuado de eliminación de excretas aumentaron 9,4 pp, alcanzando el 90,6% (Gráfico 1); y los hogares con acceso a agua por red pública se incrementaron 13,2 pp, llegando al 79,3% (Gráfico 2); sin embargo, la Amazonía enfrenta restricciones grandes y persisten diferencias urbano-rurales bien marcadas. Uno de los desafíos no solo es la cobertura sino la calidad en los servicios públicos y evitar que las aguas servidas contaminen nuestros ríos.
En la Zona 7, la pobreza por ingresos se reduce drásticamente pasando de 40,5% en 2006 a 23,7% en 2013, y la extrema pobreza por ingreso desciende a menos de la mitad de 19,1% a 8,3%, aunque se registran diferencias marcadas entre las provincias del sur, destacando que la Amazonía enfrenta mayores niveles de pobreza (Gráfico 3).
La mano de obra calificada en la ocupación plena pasa de 26,3% en 2007 a 37,8% en el 2013, lo que implica que el empleo de calidad ha tenido un importante incremento, esto fundamentalmente en la provincia de Loja.
Los desafíos en el sur
11% del territorio nacional corresponde a la Zona 7 formada por las provincias de El Oro, Loja y Zamora Chinchipe.
23,7% fue el índice de pobreza por ingresos en 2013, mientras que en 2006 fue de 40,5%.
66% es la tasa neta de asistencia de bachillerato, es decir, 18,6 puntos porcentuales desde 2006.
Existe un débil crecimiento empresarial y escasos niveles de emprendimiento de los habitantes del territorio. Esto ha generado una industria incipiente y un endeble sector de servicios, principalmente comercio que no incorporan valor agregado. La gran mayoría de las empresas zonales son micro y pequeñas, son personas naturales y registran bajos volúmenes de ventas y personal ocupado; existe concentración de la actividad económica en muy pocas cadenas productivas principalmente banano, camarón y pesca blanca.
Los problemas descritos están asociados a la falta de pertinencia de la educación superior, bajos niveles de inversión en Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i), incipiente acceso a las TIC y financiamiento adecuado para actividades productivas.
Estos elementos han provocado efectos negativos para la dinámica económica zonal, evidenciada en la poca recaudación tributaria y problemas de subempleo e informalidad. El subempleo (15 años y más), entre 2017 y 2013, se redujo alrededor de 6 pp, y alcanza el 58,9% de la Población Económicamente Activa (PEA), con dispersiones de 10 pp entre lo observado en El Oro y la Amazonía; sin embargo, todavía se mantienen niveles elevados.
La tasa de mortalidad por accidentes de tránsito (por cada 100 mil habitantes) se ha incrementado 3,8 pp, entre 2006 y 2012, llegando a 20,4%; similar a la tasa promedio nacional.
Otros problemas sociales que inciden en la zona y que aún están por resolverse son: el trabajo infantil, el embarazo adolescente y la violencia de género que presentan registros superiores a la media nacional.
Grandes son los avances pero todavía son muchos los desafíos por superar en el sur del país. Hacer realidad el Buen Vivir en el territorio requiere de un trabajo articulado y estratégico entre todos los actores.