Mujeres lideraban supuesta organización narcotraficante
Durante dos meses la Unidad Antinarcóticos de Pichincha siguió las actividades de dos organizaciones delictivas que habían conformado una red de distribución y venta de marihuana y cocaína, al por menor, en varios sectores de la capital.
La investigación permitió capturar a 24 personas, entre ellas dos menores de edad. Los uniformados primero identificaron a los sospechosos a los que filmaron realizando las negociaciones con el alcaloide. Esto los guió hasta 5 domicilios, ubicados en los sectores del Camal Metropolitano, Turubamba de Monjas y la Ferroviaria Alta, al sur de la ciudad, donde llevaban la droga antes de separarla en pequeñas cantidades que luego entregaban a los pequeños vendedores al interior del mercado de Chiriyacu, donde tenían puestos de venta de hortalizas que usaban como pantalla.
Según explicó el coronel Mauro Vargas, jefe de la Unidad Antinarcóticos de Pichincha, los sindicados pertenecían a dos familias se habían repartido el territorio para la comercialización de la droga, incluso tenían horarios determinados para no estorbarse. “Llegaron a establecer acuerdos al estilo del crimen organizado”, refirió el uniformado.
En la terminal terrestre de Carcelén la Policía descubrió 50 kilogramos de marihuana en cajas
Una vez que reconocieron todos los lugares junto al fiscal del caso, solicitaron las boletas de allanamiento y de captura para los implicados en estas organizaciones.
El operativo comenzó el viernes por la tarde, cuando iniciaron los allanamientos a las viviendas donde se encontraron alrededor de 11 mil gramos de marihuana y cerca de 2 kilos de cocaína; además, se logró el arresto de los vendedores cuando trataban de negociar el alcaloide en la zona de la plaza de Santo Domingo, en el Centro Histórico; y la plaza Foch, al norte de la urbe.
El coronel Vargas también explicó que las bandas desarticuladas manejaban un promedio de venta de entre 20 a 30 kilos semanales, lo que les representaba ganancias de entre 100 y 120 mil dólares, lo cual las estaba convirtiendo en una poderosa red de narcotraficantes que se extendía por toda la ciudad.
El oficial también explicó que el problema no es solo la venta al menudeo, sino que -además- los mafiosos, para tener mayor ganancia, mezclan el alcaloide con otras sustancias. Por ejemplo, en el caso de la cocaína, para obtener de un kilo el doble, usualmente los distribuidores la mezclan con polvo de tiza, lo cual añade una sustancia extra al daño que por sí sola causa la droga.