Entrevista / Muthucumaraswamy Sornarajah/ comisión para la Auditoría Integral Ciudadana de los Tratados de Inversiones y del Sistema de Arbitraje Internacional
“No hay evidencia de que los TBI atraigan la inversión”
En diciembre se conocerá el informe de la Comisión para la Auditoría de los Tratados de Protección Recíproca de Inversiones y del Sistema de Arbitraje Internacional en Materia de Inversiones (Caitisa) que estudia el impacto de los tratados bilaterales de inversión (TBI) en Ecuador. El balance preliminar deja 36 litigios internacionales -entre ellos Occidental y Perenco- y multas millonarias contra el Estado ecuatoriano por fallos que favorecen a las multinacionales. En entrevista con ELTELÉGRAFO y Agencia Andes, el comisionado Muthucumaraswamy Sornarajah explicó por qué Ecuador debe retractarse de los TBI, al demostrarse que no cumplieron su objetivo:atraer inversión.
¿Cómo avanza el trabajo de la Caitisa? ¿Hay un balance inicial?
La comisión está dividida en 3 grupos. El primero trata asuntos legales: investiga cómo los tratados pueden terminarse y qué justificaciones se pueden argumentar. Hay muchas formas de terminar tratados, entonces buscamos la mejor forma de hacerlo. En otros países se realizan acciones similares, por ejemplo Sudáfrica, que dejó de ingresar en nuevos tratados y aquellos que expiraron ya no fueron renovados. Indonesia, India y Australia están adoptando medidas similares. Nuestra tarea es estudiar cuál es la mejor alternativa para Ecuador.
Otro grupo analiza la situación económica y explora si hay justificación para terminar los tratados. Cuando se firmaron se creía que eran económicamente beneficiosos para el país porque al proteger la inversión extranjera, nuevos inversionistas llegarían, pero eso no pasó. Al contrario, el resultado ha sido arbitrajes en contra del Ecuador con cantidades excesivas de dinero, como el caso Occidental, con $ 600 millones en contra del país. El tercer grupo analiza los aspectos sociales de la inversión, como los efectos en las prácticas culturales de los indígenas, puesto que la explotación se realiza en zonas pobladas por grupos indígenas. El grupo se enfoca en evidenciar cómo la inversión extranjera ha afectado culturalmente a la población.
¿Qué propondrán al Ecuador?
Está previsto entregar el informe en diciembre y recomendaremos terminar los tratados, presentaremos una serie de alternativas. Obviamente una será regresar a la Doctrina Calvo (abogado argentino que sostenía que solo las cortes nacionales podían resolver esos tratados) o hacer un tratado que defienda al Estado. Por ejemplo, que pueda defender sus intereses, la soberanía de los recursos naturales. Recomendaremos que se adopten medidas de defensa y posiblemente que el recurso de arbitraje se utilice solo cuando los medios locales se hayan agotado.
¿Qué riesgos hay para el Ecuador al renunciar a los tratados?
Sin duda hay un riesgo; un país no quiere ser visto como uno que se retracta de sus obligaciones, pero si hay buenas justificaciones para eso debería estar en capacidad de hacerlo. Tenemos que pensar como en un matrimonio, si no funciona, es mejor retractarse. Si decide salir, se afectará su reputación, pero hay otros países que están saliendo de los tratados y el plano para las inversiones está cambiando. Antes el mayor exportador de inversiones era EE.UU., pero ahora son los mayores receptores de inversión extranjera. China está invirtiendo en telecomunicaciones, India también. Y Ecuador puede llegar a ser exportador de capital algún día.
¿Qué evidencia tiene el Ecuador para retractarse?
Uno es el clima que existía en 1990, cuando se pensaba que sin tratados no podía accederse a préstamos, a comercio exterior. En segundo lugar, la situación es distinta a la que prevalecía en ese entonces. Con el paso del tiempo se evidenció no solo en Ecuador sino en Argentina, que la interpretación de los tratados ha ido mucho más allá de lo que dice el texto. Ahora se ha interpretado que el Estado debe regirse por todas las expectativas del inversor extranjero que ingresaba al país. Hay otros cambios, los TBI solo enfatizan los derechos de los inversionistas pero ahora el derecho internacional establece algunas obligaciones, por ejemplo, el carácter internacional de proteger a los indígenas, el medio ambiente, la flora la fauna...
¿Recomendaría firmar nuevos tratados?
Esa es una decisión de carácter político. Recomendamos no firmar tratados adicionales, y si lo hacen, debe ser en nuevas condiciones. Si Ecuador los mantiene tal cual están ahora, no estaría actuando por el interés público y no estaría autorizado a intervenir en las inversiones extranjeras ni podría poner impuestos a los inversionistas. La mayoría de los casos van al CIADI, donde dos árbitros son seleccionados por las partes y el tercero es seleccionado por los 2 árbitros anteriores. De acuerdo con las estadísticas, 16 árbitros (recomendados entre sí) han dominado esta área; por ejemplo, se acostumbra a que un padre hace que su hijo sea el abogado. En el caso de América Latina, los dos árbitros más populares son el chileno Francisco Orrego Vicuña y el argentino Horacio Grigera. Si revisan los casos ecuatorianos van a ver sus nombres. En la mayoría de casos la decisión ha sido en contra de Ecuador. No hay evidencia que demuestre que los TBI atraen inversión. Brasil no tiene tratados de inversión y los dos países más grandes que invierten en Ecuador son Brasil y México, sin tener TBI con Ecuador.
¿Cuál es su interés en Ecuador?
Soy un abogado internacional y mi escenario es el mundo entero. En 1990 escribí el libro “Derecho Internacional en Inversión Extranjera” donde planteé que los tratados de inversión son malos para el mundo. Yo creo en un nuevo orden económico internacional, en donde cada país puede manejar los recursos naturales soberanamente y en beneficio de sus habitantes.