El  fotógrafo y periodista español, Carlos Hermann Bruch, después de trabajar en varios medios de comunicación de América Latina, entre ellos El Universo de Ecuador, concluye que la industria mediática es todavía una “trinchera” del   poder, porque para los propietarios de los medios es más fácil “pactar” que iniciar un proceso de cambio.

En una entrevista concedida a un medio internacional, Hermann habla de la “agenda política” de los medios que se “fragua” en las oficinas de los directores y no del equipo editorial. Esa “agenda”, que los periodistas desconocen,  dirige la línea editorial del medio en función de los intereses a los que responde.

Bajo esa línea habría actuado el rotativo guayaquileño, en donde Hermann colaboró como Editor de Fotografía desde el 2007 hasta el 2009. Apenas posesionado el Gobierno de Rafael Correa, el español publicó un editorial, bajo la aprobación del entonces Editor de Opinión, Emilio Palacio, en el cual reconocía el carácter confrontativo del nuevo Mandatario con respecto a los grupos de poder que por años sometieron a los más desposeídos. 

“Era un presidente que estaba fuera de toda catalogación frente a anteriores mandatarios, sumisos a otros poderes”, una posición que motivó las críticas de esos sectores y que hoy no reconocen que “él puede actuar de acuerdo a lo que le permite la ley. Y en ese marco está el juicio por injurias en contra de Emilio Palacio y los directores del medio.

“(La oposición) ha tomado una postura: emitir una opinión en la que se acusa al Presidente de asesino, pero ¿dónde están las pruebas? Y cuando no hubo pruebas lo que hizo este presidente fue -algo que no se hacía antes en Latinoamérica- ir como ciudadano ante un juez a  decir que  le hace daño como persona y como presidente de los ecuatorianos, y se enfrentó al medio. Hubo una lucha de poderes, pero al final la ley protege al ciudadano frente al poder, que en este caso venía de una empresa privada”.

Y señala que pese a la trayectoria de El Universo, se alejó de tener lo principal: “orientarse hacia el ciudadano que eligió a un Gobierno de cambio y que echa al traste muchas premisas y atavismos del pasado como agachar la cabeza” ante el poder, un cambio de época que el ex editor de Opinión no fue capaz de reconocer y que hoy “viven en carne propia” los propietarios del medio.

“Me parecía que (Carlos Pérez Barriga) debía meterse más en la redacción del día a día y por eso hoy es víctima de que otros le metieran en problemas... Se lo dije a él. Lamento que en el proceso judicial resultara culpable, porque es una pérdida para el periódico y para la familia... Pero hay que ser responsables por las opiniones que se emiten”, comentó Hermann.

Esa actitud de la prensa, sostiene el fotógrafo español, ha hecho que pierdan credibilidad ante la ciudadanía porque “no hay lectores tontos, ni personas tontas” y que la libertad de expresión no es para difamar, calumniar, ni mentir.

“Porque tengo un micrófono, una cámara frente a mí, y sea un político o un ciudadano, no voy a decir cualquier cosa... La calumnia y la mentira siempre se pueden probar y cuando alguien se siente atacado puede ir ante la justicia y demostrarlo”, reiteró. Y cuestionó a los periodistas que actúan como “vedettes” y en un show barato llaman “tirano” a un presidente democráticamente electo, que cuenta con el respaldo de las mayorías.