Arranca inspección laboral a medios de comunicación
Una sorpresa se llevó Diana cuando, por una emergencia médica, acudió a un dispensario del IESS y le informaron: “No la podemos atender, porque usted está en mora patronal”. “¿Revisó bien en el sistema?, trabajo seis años en la misma empresa, debe ser una equivocación”, insistió la periodista. El medio donde laboraba no había cancelado las aportaciones mensuales a pesar de que -con el rol de pagos en la mano- comprobó que puntualmente le descontaban ese valor.
Casos como el de Diana son comunes entre algunos periodistas ecuatorianos, quienes también deben afrontar condiciones precarias. Por dos años a Cecilia no le pagaron utilidades en un medio de comunicación impreso. La razón fue sencilla: “compramos una nueva prensa, la más moderna del país, y como es un beneficio para todos, este año no recibirán utilidades”, les informaron los directivos del periódico. El caso fue similar en Teleamazonas, el cual declaraba cero impuestos y no pagaba utilidades a sus empleados.
A esas restricciones se suma un bajo salario, pese a que los periodistas son profesionales. Por cinco años, Fernanda percibió un salario de 450 dólares en un medio de comunicación y cuando intentó pedir un aumento le dijeron que “entienda la crisis económica y que mejor estaban pensando en recortar personal”. De hecho, meses después despidieron a varias personas. Ella ingresó como pasante en una sección, pero luego pasó a ser editora de una página con ese mismo sueldo.
Lo que más le llamó la atención a la comunicadora es que mientras ella pedía un ajuste en su salario, los editores fueron compensados con remuneraciones que superaban los 1.500 dólares y uno de los directores, responsable de la parte gráfica, percibía casi 10.000 dólares mensuales.
Rommel Jurado, especialista en temas de comunicación, señaló que hay periodistas que no ganan ni el salario básico unificado, como los de radiodifusión, lo cual es ilegal. A otros, en cambio, ni siquiera le pagan la movilización.
En 2011, los medios de comunicación percibieron 313 millones de dólares, de los cuales 67 millones de dólares fueron para los periódicos, 17 millones para las radios, 16 millones para las revistas y 197 millones para los canales de televisión. Mientras que, en 2005, según el Ministerio de Relaciones Laborales, los periodistas percibían un salario promedio de 205 dólares, el cual se elevó a 266 y 385 dólares en 2007.
Según el ex ministro Richard Espinosa, eso reveló que los sueldos de los periodistas no estaban ajustados a la realidad actual y desde este año se decidió incrementar los mínimos sectoriales para todas las ramas del gremio en un 39,72%. Así un reportero deberá ganar entre 482 y 631 dólares mensuales.
Oswaldo pidió permiso en su trabajo para realizarse una cirugía que ya estaba programada, pero cuando acudió al IESS se enteró de que “su cuenta estaba impaga”.
El actual ministro de Relaciones Laborales, Francisco Vacas, precisó que todos los trabajadores tienen los mismos derechos y obligaciones, y reconoció que en los medios de comunicación no se había aprobado un incremento salarial desde hace muchos años.
“Estamos haciendo controles porque existen varias modalidades en los medios de comunicación, los cuales tratan de desvirtuar la relación laboral, cuando existe una relación directa con todos los trabajadores, cuando hay casos en que se les obliga a emitir facturas para no pagarles décimos, utilidades y el seguro social”, indicó.
Modo “freelance”
Vacas también es enfático en señalar que “la figura de ‘freelance’ (colaborador ocasional) no existe. Se la inventaron para evadir responsabilidades y desconocer derechos”, por lo que desde mayo empezarán los controles. “Si la creación de esa figura beneficiaría al empleado la dejaríamos, pero es todo lo contrario”, reiteró.
Sobre el salario de los periodistas y su situación laboral no hay mayores estadísticas, sin embargo, una encuesta realizada por el blog “Periodistas por el Mundo” reveló que en Ecuador el 47% de los entrevistados dijo que ganaba menos de 500 dólares mensuales.
En enero de este año, el presidente de la República, Rafael Correa, indicó que el salario de los periodistas se fijó como actividad comunitaria en 631 dólares. Por ello, un comunicador comunitario pasaría de 287,29 dólares a 400 dólares. Mientras que un director nacional o periodista titulado recibiría de 451,75 dólares a 631,19 dólares.
Pero después de cuatro meses, esos incrementos aún no se concretan, según algunos periodistas consultados. Jorge trabaja en una radio. Gana 300 dólares y cuenta que no le dan movilización para sus coberturas. Tampoco recibe el pago por horas extras. “Hubo días en los que he trabajado más de 15 horas y nunca me han pagado horas extras, es más, al día siguiente me han pedido que llegue más temprano: tienes coberturas a las 07:00 me dicen”, cuenta este reportero.
El periodista, quien actualmente cursa una maestría, cuenta que ni siquiera le pagan las remuneraciones a tiempo, y en ocasiones se han retrasado hasta un mes. Y si la quincena coincide con los fines de semana, de antemano, le cancelan la semana siguiente.
La investigadora Isabel Ramos señaló que es necesario “recuperar la dignidad de un trabajo muy sacrificado como el de los periodistas”. Destaca que actualmente entre “el 60% y 70% de los medios privados están en pocas manos, un hecho inadmisible en un Estado democrático”. Y lamentó que, pese a ello, “el papel de los trabajadores de la prensa y sus derechos laborales han sido excluidos del debate”. Para ella, la precarización es una forma de “explotación”.
El libro Análisis del Desarrollo Mediático en Ecuador 2011, publicado este mes por la Unesco, señala que el 75% de periodistas aseguró que el medio en cual labora no permite algún tipo de agrupación u organización de periodistas.
Mientras que, un 15% afirmó que sí lo permiten. De estas cifras se desprende que solo un 15% de periodistas forman parte de un gremio, mientras que un 85% no.
Ramos señaló que varios medios convierten a los profesionales en pasantes para precarizar su trabajo, no le reconocen viáticos, movilización para sus diferentes coberturas, no existe un apoyo en el tema de la capacitación, son protagonistas de extensas jornadas laborales, etc. y estos temas no se discuten.