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El Telégrafo

El cambio climático, un problema de varios países

Adoptar acuerdos y el impuesto global son las definiciones de la Cumbre de los Pueblos (Galería)

La Cumbre de los Pueblos representa la voz de los sectores explotados y oprimidos del mundo. Foto: AFP
La Cumbre de los Pueblos representa la voz de los sectores explotados y oprimidos del mundo. Foto: AFP
14 de diciembre de 2014 - 00:00 - Redacción Actualidad

La Cumbre de los Pueblos frente al cambio climático, que tuvo lugar en Lima esta semana, planteó varias propuestas en favor de la protección, conservación o restauración de las cuencas, las altas montañas, humedales, páramos, bosques, acuíferos, lagos, ríos, zonas marinas costeras, que alimentan a la Madre Tierra, y que han sido afectados por las actividades de las industrias extractivas, como la minera, petrolera, carbonífera y gasífera, por las talas de árboles y la acumulación de desechos, entre otras causas.

Una de ellas es la adopción de acuerdos que respeten y valoricen la vida de los pueblos originarios, campesinos y urbanos, y que promuevan la preservación de la biodiversidad global por parte de los gobiernos y el Sistema de Naciones Unidas reunido en la COP 20. Además de un impuesto global a las transacciones financieras internacionales, que brinde fondos suficientes para garantizar una transición hacia un modelo inclusivo de justicia social.

Y hay algo más prometedor, que los estados abran un debate con la sociedad civil sobre el concepto de emisiones netas evitadas, que permita un acuerdo climático en 2015 que compense a países no industrializados por no explotar fuentes de energía fósiles y así puedan financiar la transformación de sus matrices energéticas.  

Aclaran que el conjunto de iniciativas están orientadas a revertir la destructiva tendencia climática hacia la que ha sido conducido el planeta, para lo que deben considerar las responsabilidades históricas de los países desarrollados y el reconocimiento y reparación de la deuda histórica y ecológica que tienen con el Sur global.

“Nos reunimos para seguir debatiendo y compartiendo las múltiples formas de lucha y resistencia, por la construcción de la justicia social, contra el sistema capitalista patriarcal, racista y homofóbico, por el respeto de las diversas formas de vida, sin explotación ni expoliación de los bienes de la naturaleza, por la capacidad de los pueblos de decidir sobre sus fuentes de energía, comunitaria, por la reducción de las desigualdades sociales  así como promover el Buen Vivir como modelo de vida en armonía con la naturaleza y la Madre Tierra”.

Por tal motivo, el documento detalla que una de las exigencias es la plena justicia en los casos de contaminación por parte de Newmont, Doeran en Perú y la Chevron-Texaco, entre otras, la cual en su paso por la Amazonía dejó como legado uno de los mayores ecocidios de la historia del planeta.

Explican que ninguna acción para enfrentar el cambio climático será eficiente o viable si no se promueve con políticas públicas efectivas a favor de la pequeña agricultura familiar y campesina, la reforma agraria, la soberanía y seguridad alimentaria de los pueblos, la producción autosustentable, con base agroecológica, autóctona y libre de transgénicos y agrotóxicos, orientada al consumo humano y a la preservación de nuestra biodiversidad.

“Para avanzar hacia un mundo justo y una economía local, solidaria, cooperativa, feminista y comunal, es fundamental reconocer el derecho humano a la alimentación, así como el gran aporte de la agricultura familiar campesina, que contribuye con más del 70% de la alimentación del mundo”, reza el documento.

Exigimos frenar la producción y expansión de los agrocombustibles, que promueven la deforestación, erosión de las tierras, contaminación de las fuentes del agua y aire, y significan una forma de recolonización territorial.

Asimismo, hace algunos planteamientos y cuestionamientos frente a esta problemática, como la incoherencia del Gobierno peruano en su calidad de presidente de la COP 20. Por las políticas ambientales, laborales y tributarias adoptadas recientemente a favor de la inversión privada -rebajando estándares y regulaciones que afectan derechos colectivos, ambientales y culturales-, denunciamos la represión que sufren representantes indígenas, dirigentes sindicales y campesinos, activistas ambientales, así como los hostigamientos recibidos por delegaciones que arribaron a la Cumbre de los Pueblos desde diversas regiones del país y el exterior.

La Cumbre de los Pueblos cuestiona la captura corporativa de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático y rechaza todas estas estrategias del capital.

La estrategia del capital pasa también por lo que llamamos arquitectura de la impunidad de las corporaciones transnacionales y gobiernos, a través de los tratados de libre comercio y protección de inversiones, entre otros, que pretenden privatizar servicios esenciales como el agua, la educación, salud y vivienda, y atentan contra los derechos humanos de trabajadores y de los pueblos.

Como expresión de esta estrategia del capital, en los últimos años se han agudizado los procesos de privatización, mercantilización y financiarización de la naturaleza, expresados en los principios de la economía verde, que nos presenta las falsas soluciones a la crisis climática. Algunas de ellas son: Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL), proyectos de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de los bosques (REDD), transgénicos, agrocombustibles, geoingeniería, megaproyectos hidroeléctricos, centrales nucleares, fractura hidráulica (fracking), agricultura climáticamente inteligente.

Aunque ya concluyó la Cumbre, los asistentes anunciaron que para 2015 se desarrollará en París, Francia, la COP 21. “Seguiremos fortaleciendo la articulación de nuestras luchas, de forma activa y permanente en las múltiples movilizaciones de 2015, con un especial momento de activismo en París. Desde ya los movimientos sociales del mundo se alistan para dar continuidad a las luchas desde nuestros territorios en defensa de la vida, hasta que nuestras exigencias sean atendidas. ¡Seguiremos en lucha hasta cambiar el sistema... No el clima!”.

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