En casa abierta, militares y civiles recuerdan la gesta del Alto Cenepa (Galería)
Con motivo de conmemorarse el vigésimo aniversario de la gesta ecuatoriana en la Guerra del Alto Cenepa, hoy se inauguró una casa abierta en las instalaciones de la Escuela Superior Militar Eloy Alfaro (ESMIL), ubicada en el sector de Parcayacu, en el norte de Quito.
En la casa abierta, que atenderá gratuitamente al público entre hoy, mañana miércoles y el jueves, se representa la base Tiwintza, principal escenario de aquel conflicto entre Ecuador y Perú.
Además, militares que participaron de la guerra registrada en 1995 cuentan sus experiencias y hacen demostraciones del material bélico utilizado en el conflicto y de los diversos escenarios vividos.
Participan militares pertenecientes a las unidades de la Fuerza Terrestre, entre ellas, Infantería, Caballería, Ingeniería, Artillería, Fuerzas Especiales, Comunicaciones, Inteligencia, Servicios Logísticos y Aviación del Ejército y de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE), que contribuyeron a aquella gesta militar.
Armamento, naves y aparatos de comunicación son exhibidas, mientras que en cada stand los militares de las diferentes unidades se encargan de explicar de qué manera aportaron a la guerra contra el entonces enemigo del sur. Todo ello, en medio de bohíos, trincheras, cuevas y demás espacios recreados de la selva amazónica en donde se facalizó el conflicto.
Leonardo Álvarez, quiteño que era soldado y tenía 20 años de edad cuando participó de la guerra del Alto Cenepa, contó que lo más triste de aquella experiencia fue ver cómo resultaban muertos o heridos sus compañeros de pelotón a consecuencia del ataques enemigo.
“Lo más triste, por ejemplo, fue ver cómo murió mi compañero el soldado Alfonso Lamiña, aquel miércoles negro en que pese a que ya se declaró el alto al fuego, Perú emboscó y atacó a una de nuestras patrullas que estaba descansando. Fue un ataque que no nos esperábamos y que le costó la vida a 12 de nuestros militares. A los heridos era imposible sacarlos en helicóptero, por lo que por turnos los cargábamos para protegerlos de los ataques, de lo inhóspito de la selva y evacuarlos para que reciban atención”, narró.
Leonardo, quien cuando participó de la guerra era soltero y ahora es padre de dos hijos, considera que el valor de esos soldados muertos y heridos sirvió para que actualmente el Ecuador y sus habitantes “vivan los resultados de la soberanía y de la paz”.
La Guerra del Alto Cenepa llevó al uso de las armas a Ecuador y Perú durante 5 semanas, hasta que se firmó un alto al fuego en febrero de 1995 y en 1998 finalmente se firmó la paz y se delimitó los 78 kilómetros que estaba pendientes tras la firma del Protocolo de Río de Janeiro de 1942.
En Perú ha existido hermetismo en el tema de bajas y aunque al final se reconoció la muerte de 60 soldados, otros sectores hablan de al menos 200 fallecidos. En cambio, del lado ecuatoriano se reportaron oficialmente 33 muertos de aquel conflicto cuyas primeras escaramusas iniciaron el 14 de enero, se agravó el 26 de ese mismo mes y concluyó el 28 de febrero de 1995.
Tiwinza se convirtió de objetivo militar a objetivo político por parte del mandatario peruano de ese entonces, Alberto Fujimori. Él y 40 periodistas llegaron al destacamento PV1 y pretendía dirigirse a Tiwintza en su afán de ser fotografiado por la prensa en Tiwinza, y ser considerado el protagonista de la supuesta victoria militar con objetivo reeleccionista, aspecto que fue censurado por la prensa de su país y que los medios internacionales hablaban de un triunfo ecuatoriano.