Tras las intensas lluvias en el árido norte chileno, ayer iniciaron las labores de reconstrucción luego de los aluviones e inundaciones que dejaron 3 muertos más en esa zona y miles de albergados.“Se está avanzando en normalizar la situación”, informó la presidenta Michelle Bachelet, quien prolongó su estadía en la zona para coordinar las labores de reconstrucción.

Ayer, después de 2 días de precipitaciones, el Sol volvió a brillar en la región de Atacama, 800 km al norte de Santiago, mostrando las secuelas de destrucción que dejó la crecida de varios ríos.

El abrupto desborde de los ríos que por años permanecieron secos arrasó con todo a su paso, dividiendo pequeños poblados en 2 y arrastrando cientos de casas en poblados como Alto del Carmen, Tierra Amarilla, Chañaral, Diego de Almagro y Copiapó. Las lluvias también azotaron la vecina ciudad de Antofagasta.

Hasta ayer, el Gobierno chileno cifró en 6 las víctimas mortales en la región de Atacama y 3 en Antofagasta, manteniendo el número de 19 desaparecidos, según el último reporte del director de la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi), Ricardo Toro.

En cuanto a los albergados, el último reporte de la Onemi los cifró en 5.450 en la región de Atacama y 392 en Antofagasta. En tanto, un catastro preliminar del Ministerio de Vivienda cuantificó entre 7.500 a 8.000 las viviendas afectadas.

El diluvio superó ampliamente el promedio en una zona que arrastraba desde hace varios años una persistente sequía y que no cuenta con la preparación suficiente para afrontar estas condiciones climáticas.

En la región de Atacama se ubica el desierto del mismo nombre, considerado el más árido del mundo. El agua, que en promedio cayó en toda la región de Atacama, equivale a un 20% de la que debía caer en todo un año en esa zona, con una intensidad inusual, que sería una manifestación del cambio climático, explicó a la agencia AFP el meteorólogo Jaime Leyton.

En varios lugares, en tanto, se recolectaban víveres para ir en ayuda de los afectados por las inundaciones, mientras que 100 retroexcavadoras trabajaban en Atacama en labores de apertura de rutas y despeje de caminos obstruidos por el paso de las aguas. “La gente lo perdió todo, la ciudad está a dos o tres metros de barro, se necesita agua y alimentos”, dijo a medios locales Maglio Cicardini, alcalde de Copiapó.

La zona permanecía bajo estado de excepción por catástrofe, al mando de las Fuerzas Armadas y con toque de queda nocturno.

La normalidad volvía también a la actividad minera de la zona, que alberga los mayores yacimientos cupríferos mundiales, que vieron afectadas sus faenas debido a las lluvias.

La estatal Codelco, que produce el 11% del cobre mundial, informó que se mantenían paralizadas las faenas en la pequeña división El Salvador, pero que sus minas Chuquicamata, Radomiro Tomic, Ministro Hales y Gabriel Mistan estaban totalmente operativas.

En tanto, en el sur del Perú, las precipitaciones causaron varios deslizamientos que ocasionaron la muerte de otras 6 personas y 20 viviendas del distrito de Cerro Colorado fueron inundadas en Arequipa.

Según el portal La República, las familias peruanas exigen ayuda a la municipalidad distrital y señalan que el agua y el lodo alcanzaron una altura de 40 centímetros. Asimismo, la Defensa Civil de Cerro Colorado reportó que el 50% de vías está dañado.

De otro lado, en Puno, una inusual granizada cubrió la ciudad de Juliaca, afectando el tránsito vehicular.

Luis Alfaro, director del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi), reiteró que estas condiciones del mar indicarían un fenómeno de El Niño débil para abril y mayo. “En el norte del país tendremos precipitaciones intensas y temperaturas altas, mientras que en Lima la temperatura irá disminuyendo después de mayo”, afirmó Alfaro.

Mientras tanto, en la capital colombiana, Bogotá, se concentran los aguaceros más intensos que caen en el vecino país.

Los barrios más afectados son el Restrepo y La Fragua, en el sur de la ciudad, donde esta semana hubo daños en viviendas y locales comerciales, vehículos enterrados en las gruesas capas de hielo y colapso de vías y alcantarillados como consecuencia de las fuertes lluvias y la granizada.

El alcalde Gustavo Petro aseguró que el distrito ha atendido prioritariamente a los afectados por las emergencias derivadas por lluvias que surgieron en las últimas horas y que se verá cada vez de manera más agresiva el cambio del clima.

El coordinador operativo de la Dirección de Gestión de Riesgo del municipio de Pasto, Ricardo Méndez, informó que, a raíz de las fuertes lluvias en la capital de Nariño, ya suman 12 las familias damnificadas.