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Grandes plumas: Medardo Ángel Silva
Nació el 8 de junio de 1898 en el puerto principal, en las calles Víctor Manuel Rendón y Panamá. Su padre fue Enrique Silva Valdés, pianista, y su madre Mariana Rodas Moreira.
Desde niño aprendió a tocar la pianola y dominó tres idiomas: francés, italiano y latín. Creó su primer verso a los 14 años, ‘Paisaje de leyenda’.
El poeta y compositor ecuatoriano escribió bajo el seudónimo Jean D’Agreve u Óscar René en el ‘Decano de la Prensa Nacional’, diario EL TELÉGRAFO, en 1915.
Alma en los labios
Cuando de nuestro amor la llama apasionada
dentro tu pecho amante
contemple ya extinguida,
ya que solo por ti la vida me es amada,
el día en que me faltes, me arrancaré la vida.
Porque mi pensamiento, lleno de este cariño,
que en una hora feliz me hiciera esclavo tuyo.
Lejos de tus pupilas es triste como un niño
que se duerme, soñando en tu acento de arrullo.
Para envolverte en besos quisiera ser el viento
y quisiera ser todo lo que tu mano toca;
ser tu sonrisa, ser hasta tu mismo aliento
para poder estar más cerca de tu boca.
Vivo de tu palabra y eternamente espero
llamarte mía como quien espera un tesoro.
lejos de ti comprendo lo mucho que te quiero
y, besando tus cartas, ingenuamente lloro.
Perdona que no tenga palabras con que pueda
decirte la inefable pasión que me devora;
para expresar mi amor solamente me queda
rasgarme el pecho, Amada, y
en tus manos de seda
¡dejar mi palpitante corazón que te adora!
Algo más del personaje
EL ÚLTIMO DÍA DE MEDARDO
El 10 de junio de 1919 fue el último día de Medardo Ángel Silva. Esa mañana dialogó con sus amigos José María Egas, Abel Castillo y J.J. Pino Ycaza. En la noche, a las 20:00, visitó a su novia, Rosa Amada Villegas, se despidió y le aseguró que regresaría.
Después, el poeta fue a la casa de su madre para decirle adiós. A las 20:30 regresó al hogar de Rosa Amada y le pidió a la mamá de ella que los dejara solos porque quería hablar con su hija.
La madre de Rosa Amada le dijo a ella que tomara la lámpara del ingreso y se dirijan a la sala a conversar. Unos minutos más tarde, se escuchó una detonación de arma de fuego. Medardo Ángel Silva, el poeta, se había suicidado.
Alguien le contó lo ocurrido a la madre de Silva. Ella se dirigió a la casa de Rosa Amada y allí encontró, en el suelo, el cuerpo de su hijo.
El comisario quinto de Policía, Savinovich, acudió al reconocimiento del cadáver. (I)