Grandes plumas: Homero Viteri Lafronte
EL PODER DE LA PRENSA
No hemos creído, ni creemos, que nuestras masas populares sean más ignorantes e incultas que las de otros países ni, tampoco, que sean más primitivas y fáciles de engañar.
Asimismo, no juzgamos que nuestros grupos de selección, nuestra élite, sean mejores o peores que los de otras naciones.
Con la correspondiente proporción y medida, de acuerdo con las normas generales del desenvolvimiento de los pueblos.
Según las modalidades particulares impuestas por las circunstancias peculiares en que ha vivido y se desarrolla el Ecuador, seguimos paso a paso el lento y penoso camino del progreso.
Muchas veces hay motivos para desesperar; en ocasiones se descorazona el espíritu; con frecuencia el desánimo se apodera de las almas, se pierde, todo fervor, vemos triunfar la fuerza, la audacia y el fraude sobre el derecho, la justicia y la honradez; imperan y dominan la violencia, la incomprensión y el dogmatismo...
Homero Viteri Lafronte, 1924
Algo más del personaje
Su vida familiar... estudios y participación cívica
Hijo del reconocido doctor Telmo Viteri y Mercedes Lafronte.
Comenzó sus estudios básicos en su ciudad natal, y al culminar esta etapa se trasladó a Quito e ingresó al colegio San Gabriel de los Padres Jesuitas. Su título de Doctor en Jurisprudencia lo obtuvo en la Universidad Central.
En 1912 presidió la delegación ecuatoriana al III Congreso Internacional de Estudiantes Americanos en Lima.
Prestó sus servicios al país en diferentes cargos públicos, desde Secretario de la Dirección de Estudios de la provincia de Pichincha, hasta ocupar el cargo de Ministro Plenipotenciario de Ecuador ante el gobierno de Estados Unidos en Washington.
Luego de la Revolución Juliana, en 1926, gobernó en la Segunda Junta del Gobierno Plural.
Luego de la Invasión peruana en 1941, integró la Comisión Especial ante los mediadores, que culminó con la firma del Protocolo de Río de Janeiro. (I)