En distintos sectores de la ciudad de Guayaquil se observa el regateo entre pasajeros y taxistas en presencia de agentes de tránsito, principalmente en los exteriores de los centros comerciales.

Transportistas de la fuerza amarilla vial sostienen que la utilización del taxímetro es débil a causa de la cultura ciudadana, que opta por negociar la carrera ante el temor de que le cueste más si no lo hace.

“Cuando lo pide el usuario se le pone el taxímetro, no hay ningún problema con eso”, dice el conductor José Rosero, de 56 años, quien todavía no se explica por qué “el taxímetro está ahí”.   

Rosero sostiene que en Guayaquil el ciudadano no necesita del instrumento, pues simplemente “el cliente sabe cuánto vale la carrera”.

Jorge Conquia, de 57 años, tiene 16 años trabajando por 12 horas al día. Él entiende que a los pasajeros “no les gusta el taxímetro, hay desconfianza porque piensan que uno los altera o les está robando, entonces se pacta: lo más fácil. A veces, en carreras largas, les digo son tantos metros, me dicen no, cuánto me cobra”.

Algunos usuarios, como Wilson Henríquez, quien vive en el Guasmo sur, mencionan que ha pedido en varios ocasiones que le pongan el taxímetro y ha recibido un no rotundo de parte de los conductores.

“Siempre pido que me pongan el taxímetro y no lo hacen. Un día tomé un taxi desde el Mall del Sur con destino a la Maternidad del Guasmo, me cobraron $ 4. Una vez que arrancó del Mall, le pedí al conductor que prendiera el taxímetro, la sorpresa fue que marcó $ 3”, asegura Henríquez, quien pidió mayor control a la autoridades.

Por su parte, George Mera, titular de la Unión de Taxistas del Guayas (UTG), quien presentó un proyecto elaborado por la Federación Nacional de Taxistas en octubre a la Autoridad Municipal de Tránsito (ATM) para la regularización de la tarifa, declaró que  “aquí en la ciudad siempre ha habido oferta y demanda, el mismo ciudadano negocia la carrera (...) Si el ciudadano no lo desea, nosotros no podemos rogar, también gastamos combustible como para que se nos baje del carro (...) El compañero taxista sale a trabajar, no a gastar gasolina”.

Respecto al tema, Andrés Roche, gerente de la ATM, anunció el año pasado que se realizarán operativos para obligar a los choferes a respetar las tarifas.

“He hablado con el sector de taxis formales y le he dicho que debe cumplir la ley y dar un buen servicio a la ciudadanía, que es su principal fuente de ingreso. He dispuesto que la parte operativa haga controles a los taxis formales para que cumplan con el taxímetro”.

Según los valores vigentes, desde las 05:00 hasta las 22:00 se debe cobrar $ 0,35 por arranque, $ 0,26 por kilómetro recorrido y $ 0,06 por minuto de espera.

Asimismo, de 22:00 a 05:00 se cancela $ 0,40 por arranque, $ 0,30 por kilómetro y $ 0,08 por minuto de espera. La carrera mínima (hasta 3 km) se ha fijado en $ 1,10.

La Ley de Tránsito, en su artículo 141, literal J, establece una multa de $ 51 y reducción de 4,5 puntos en la licencia al conductor de un taxi “que no utilice el taxímetro las 24 horas, altere su funcionamiento o no lo ubique en un lugar visible al usuario”.

Vehículos informales

Mera enfatizó que existe competencia desleal; se debería regularizar la situación de los carros piratas, pues la ATM no puede permitir que “estos carros rojos, blancos, azules, ofrezcan el servicio en la ciudad sin ningún documento (...) De ahí vienen los secuestros y los robos”.

En las afueras de la Terminal Terrestre de Guayaquil es común ver a transeúntes negociando la carrera no solo a taxis legales, sino también a irregulares ante la mirada de los agentes civiles de tránsito.

Rosero protesta que “en frente de ellos cogen el pasajero y no les dicen nada (...) la ATM debe controlar a todos esos señores piratas. Nosotros pagamos impuestos.

¿Para qué? Para que ellos vengan a llevarse los pasajeros por menos plata”. El agente civil de tránsito, J. Hurtado, se negó a dar una versión. “Yo no estoy autorizado para dar entrevistas”, dijo.

Por su parte, Henry Navarro, calibrador en Samanes I, asevera que para saber si un taxímetro funciona bien debe marcar $ 0.26 por cada kilómetro (10 cuadras aproximadamente).  

En la urbe porteña hay diez mil taxistas y 123 cooperativas que brindan este servicio a la comunidad.

Pago con dinero electrónico

Alrededor de 20 cooperativas de taxis de Guayaquil cobraron las carreras a través del sistema de dinero electrónico el año pasado. Este sistema es implementado por el Banco Central del Ecuador (BCE).

Los conductores pueden retirar los montos de las carreras en los puntos autorizados, aseguró George Mera, presidente de la Unión de Taxistas en Guayas.

El servicio aún está en fase piloto y, por el momento, no se tienen cifras sobre los niveles de aceptación.

Las unidades que cuentan con esta modalidad se distinguen mediante un adhesivo ubicado en una de las puertas y se encuentran en sitios como la Terminal Terrestre de Guayaquil y centros comerciales como San Marino, Mall del Sol o Riocentro Norte. (I)  

Datos

Los conductores que ofrezcan el servicio de taxis, sin tener sus permisos en regla, recibirán una sanción de $ 708 y la reducción de 10 puntos en su licencia de conducir, como indica el artículo 145 de la Ley de Tránsito. Además se retiene el vehículo por 7 días, de acuerdo al Código Orgánico Integral Penal (COIP).

El plazo para legalizar los taxis ejecutivos concluyó en agosto de 2013 con la emisión del permiso para 113 compañías con 3.000 unidades a nivel nacional. De ellas, 820 pertenecen a Guayas.

La Asociación Ecuatoriana de Operadoras de Taxi Ejecutivo (Aetej) aglutina a 23 operadoras con 1.500 taxis en diferentes ciudades del país.

Por otra parte, la comisión de movilidad del Municipio de Quito informó que no habrá más regularización de taxis hasta 2016.