Los puentes de Guayaquil evidencian desgaste
“Ya parece una pizarra”, es la percepción del taxista Camilo Gómez, de 44 años, respecto de los rayones que se observan en la parte baja del paso elevado que conecta las avenidas Guillermo Pareja y Rodolfo Baquerizo, a la altura del Garzocentro, norte de Guayaquil.
La mencionada estructura permite que los vehículos que circulan por la avenida Agustín Freire puedan avanzar hasta la Francisco de Orellana, conectando con el centro comercial La Rotonda.
En la zona urbana, según datos del Cabildo, existen 45 pasos a desnivel de los cuales 32 cuentan con murales artísticos diseñados en mosaicos por artistas locales. La Dirección de Obras Públicas, según reportes de los medios de comunicación, monitorea permanentemente el estado de las estructuras.
Sin embargo, detalles de desgaste como los que se percibe en el puente de la Guillermo Pareja, inquieta a los ciudadanos. El taxista Camilo Gómez cuestiona si realmente se vigila las condiciones de los puentes.
“Debería suponer que tras la caída del paso de Las Américas tienen mucho más cuidado pero el que aumenten los rayones por debajo de los puentes, por culpa de los camiones y tráileres, pone a pensar”, sentencia Gómez.
Sobre este tema, también actúa la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM). Existe la Ordenanza que regula medidas especiales en materia de circulación, carga y descarga que en sus artículos 1 y 2, prohíbe la circulación de furgones y camiones de cualquier tipo o clase, en un horario preestablecido que varía de acuerdo con la zona.
Pese a los controles, tales automotores aún son vistos incumpliendo las estipulaciones y aumentando el desgaste de los viaductos.
Otro de ellos es el ubicado en la vía Perimetral a la altura de la av. Casuarina. Aunque tiene apenas cinco años de inaugurado, ya tuvo que ser intervenido con obras de mantenimiento en los puntos donde se unen las losas.
Hasta hace dos décadas, en esas uniones se utilizaban materiales metálicos -presentes en la mayoría de estructuras elevadas de Guayaquil- pero fueron reemplazados por juntas de neopreno reforzado compuestas por capas intercaladas de elastomero (polímero con propiedades elásticas) y acero.
Según Álex Villacrés, docente de Ingeniería Civil en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UESS), estos elementos mitigan la vibración de los vehículos pero tienen menos resistencia que sus antecesores.
No obstante, Villacrés cuestiona que el desgaste en la estructura de la vía Perimetral haya sido acelerado. En teoría, las juntas están diseñadas para tener una durabilidad de 10 años. “Aquí puede ser que hayan sido de una calidad inferior o que la carga vehicular fue mayor a la esperada, pueden ser uno o varios factores juntos”, dijo.
En circunstancias normales, explica Villacrés, las bases de los pasos elevados son construidas con hormigón armado y, para ello, “se debe tener en cuenta la carga que llamamos peso muerto, que es el propio de la losa más elementos que están adheridos a ella y la carga que imponen los vehículos”, acotó.
Por su parte, José Wonsang, ingeniero civil y académico de la Universidad de Guayaquil, manifestó que entre los factores que inciden en el deterioro de las estructuras están el clima, el peso de los automotores y la velocidad a la que circulan. “Si un vehículo pasa a exceso de velocidad, el pavimento comienza a destruirse y aumenta la flexibilidad de la losa”, aseguró.
También se estima que los pasos elevados son construidos para tener una vida útil de 50 años. (I)