Lo light no siempre ayuda a bajar de peso (Infografías)
La principal razón para consumir productos light es bajar de peso. Al menos eso creen quienes prefieren adquirir estos artículos. Pero ¿se ha preguntado de qué están hechos esos productos?
Es común ver que quienes hacen dieta suelen comprar yogur light, 99% libre de grasa. Lo que no saben es que varios productos bajos en grasa tienen niveles altos de azúcar. La nutricionista Ana Belén Gordillo indica que, por lo general, los fabricantes de ciertos productos no llaman al azúcar por su nombre, sino que lo reemplazan por otras denominaciones como glucosa, fructosa, sacarosa, jarabe alto en fructosa y otros nombres aun más científicos.
Según dice, algunos consumidores no siempre conocen sobre el tema, adquieren el producto sin saber lo que realmente contiene.
Lo mismo sucede con los demás componentes, si son bajos en sal son altos en azúcar y viceversa. Algunas galletas light no tienen azúcar, pero contienen niveles altos de grasa y sodio. Para Ana Lucía Enríquez, nutrióloga, un producto es light si es bajo en grasa, azúcar, carbohidratos y sal.
Para evitar engaños, es necesario observar el cuadro informativo nutricional, aquel que está ubicado en la parte de atrás de los productos y que, con frecuencia, está escrito en letras pequeñas.
Justamente para mejorar los hábitos alimenticios del consumidor, el año pasado el Gobierno ecuatoriano expidió el Reglamento Sanitario de Etiquetado de Alimentos Procesados para el Consumo Humano (solo aquellos que contienen registro sanitario). Unos 45 mil productos, como alimentos naturales, procesados y bebidas energéticas llevan el semáforo alimenticio que indica el porcentaje de azúcar, grasa y sal que contienen.
Aunque es cierto que los alimentos light son recomendados para las personas que desean bajar de peso, el abuso de estos no representa ningún beneficio. Por ejemplo, un jugo envasado de 250 centímetros cúbicos (cc) contiene 25 gramos (g) de azúcar, en cambio uno light del mismo tamaño tendrá de 5 a 8 gramos. Pero beber varios de estos jugos light al día iguala o supera los gramos de un vaso de jugo normal. Observa en la tabla de información nutricional los gramos que contiene el producto por porción. Si sumas las porciones que consumes en el día suma también sus ingredientes.
Ana Lucía Enríquez explica que las porciones dependerán de la edad de la persona, del sexo y la actividad física que realice: “Por ejemplo, una mujer de 1,55 cm de estatura y sedentaria necesita no más de 1.500 calorías al día, otra mujer de las mismas características física pero que sí hace actividad física de pronto requiere 1.800 calorías”. La especialista recomienda que para una dieta de 1.600 calorías se desayune una taza de leche semidescremada, una porción de queso o un huevo, 1 o 2 tajas de pan, un vaso de jugo sin azúcar o una fruta entera. A media mañana puedes comer medio paquete de galletas, un manojo de frutos secos o una fruta.
En el almuerzo es recomendable una taza de sopa y un plato fuerte que contenga media taza de arroz, un choclo mediano, mote o menestra, más una proteína como una presa de pollo, un pedazo de pescado, atún, carne de res o cerdo bajas en grasa y mucha ensalada, para ser exactos el 50% del plato. A media tarde puedes tomar un vaso pequeño de yogur o leche, una fruta, un medio paquete de galletas o un manojo de frutos secos. Y finalmente en la merienda lo ideal es una taza de sopa nutritiva, no cargada de carbohidratos como fideos y papas, o un plato fuerte pero en menos cantidades que en el almuerzo.
¿Y si volvemos a comer como lo hacían nuestros abuelos?
El diario El Tiempo, de Colombia, da a conocer algunos puntos de vista sobre el tema. Uno de ellos proviene de Ana Isabel Gutiérrez Salegui, psicóloga y especialista en trastornos de la conducta, quien advierte que nuestras abuelas se alimentaban mejor. Ana Lucía Enríquez asegura que antiguamente todo era tostado, hecho en pailas y en las ollas de barro. Tampoco ocupaban grasas saturadas ni consumían mucho arroz ni papas.
Su dieta consistía en quinua, arroz de cebada y granos. En el desayuno no había pan de harina blanca, comían máchica o harina de cebada. Antes no tenían los postres que actualmente tenemos, endulzaban el agua con panela y no con azúcar refinada.
En general sus alimentos eran altos en carbohidratos, pero lo devengaban con trabajo físico, pues caminaban para ir a sus trabajos o a la escuela. Actualmente las personas no tienen la misma actividad física, son más sedentarios y se movilizan en carros. Ejercitarse no suele ser la prioridad en sus actividades del día.
Debido a la dinámica de la vida actual no sería recomendable volver a la dieta de la época de los abuelos, o al menos no en las mismas porciones, principalmente, porque tanto niños como adultos no queman las mismas calorías que en aquellos años.
Para mantenerte saludable, no debes dejar de comer. Si consumes productos light no olvides observar con cuidado el semáforo nutricional y el cuadro de información.