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El Telégrafo

La carne procesada puede enfermarnos

Cada porción de 50 gramos de carne procesada consumida diariamente aumenta el riesgo de cáncer colorrectal en un 18%.
Cada porción de 50 gramos de carne procesada consumida diariamente aumenta el riesgo de cáncer colorrectal en un 18%.
08 de noviembre de 2015 - 00:00 - Verónica Endara Camacho

Un consumo relativamente abundante de carne en la dieta de los primeros homínidos habría dado lugar a cerebros más grandes con lo que empezó a emerger la inteligencia, así señala el artículo Sobre el origen de la inteligencia humana, publicado en la Universidad de Navarra.

En el documento los científicos Leslie C. Aiello y Peter Wheeler afirman que esta nueva alimentación, rica en grasas animales y en proteínas, permitió un aumento progresivo del volumen cerebral, y a su vez, dicho incremento hizo posible el desarrollo progresivo de la inteligencia.

La ingestión de carne animal por parte de los humanos data de millones de años atrás lo que habría permitido, según algunos científicos, su evolución.

El artículo menciona también que se tiene la certeza de que el Homo habilis y el Homo rudolfensis, que habitaron hace 2 millones y medio de años aproximadamente, fueron los primeros homínidos que consumieron carne de animales, procedente del carroñeo.

Lo cierto es que la carne roja aporta muchos nutrientes para que el ser humano goce de salud. Cuenta con proteínas de alta calidad que sirven para el crecimiento y la regeneración de los tejidos del cuerpo; estimula las defensas; y protege el sistema inmunológico. También tiene un alto contenido de hierro, por lo que es ideal para las personas que padecen anemia. Es rica en otros minerales como zinc, fósforo, magnesio y selenio que ayuda al normal funcionamiento de las células. Además tiene grandes concentraciones de vitamina B12, fundamental para la formación de glóbulos rojos.

Sin embargo, el pasado 26 de octubre, la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC por sus siglas en inglés), perteneciente a la Organización Mundial de la Salud (OMS), emitió un comunicado en el que se clasificó el consumo de carne roja como probablemente carcinógeno para los humanos (Grupo 2A), basándose en evidencia limitada de que la ingestión de esta carne cause cáncer. En el texto se asocia el consumo de carne de res, ternera, cerdo, cordero, caballo o cabra, principalmente con el cáncer colorrectal, de páncreas y de próstata.

A la carne procesada se la clasificó como carcinógena para los humanos (Grupo 1), basándose en suficientes evidencias de que su consumo causa cáncer colorrectal. Este tipo de carne es aquella que fue transformada a través de salazón, curado, fermentación, ahumado u otros procesos para mejorar su sabor o su conservación. Estos incluyen jamón, salchicha, carne en conserva, carne seca y salsas con base en carne.

Los científicos concluyeron que cada porción de 50 gramos de carne procesada consumida diariamente aumenta el riesgo de cáncer colorrectal en 18%.

Este fue el resultado de un trabajo realizado por 22 expertos de 10 países.

El jefe del Programa de Monografías de la IARC, Kurt Straif, asegura en el comunicado que “para un individuo, el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal por su consumo de carne procesada sigue siendo pequeño, pero este riesgo aumenta con la cantidad de carne consumida”.

Varios especialistas hacen un llamado a que no se malinterprete el informe de la OMS, pues más que prohibir el consumo de estos productos, lo que hace es alertar a la gente.

Según la oncóloga ecuatoriana Tannia Soria, en el informe se especifica que no se encontraron evidencias suficientes para determinar que el consumo de carne roja sea cancerígeno.

La especialista explica que el cáncer es una enfermedad multifactorial. “No quiere decir que la ingesta de un embutido hoy te va a dar cáncer mañana. Para que ocurra un cambio en las células, especialmente en las colorrectales, debería ocurrir un proceso de oncogénesis. Es decir, no es que hoy te alimentaste mal y mañana ya estás enfermo. Deben haber varias mutaciones, entre 6 y 8 mutaciones, y cambios en la estructura del ADN, para que la célula pierda totalmente su función y empiece a tener una actividad tumoral”, señala.

De acuerdo con Soria, hay varias especificaciones para determinar un cáncer, considerando que cada tumor tiene factores de riesgo específicos. En el caso del colorrectal, que es el que más se nombra en el informe de la OMS, los hábitos alimentarios sí influyen, como mayor consumo de grasa, menor consumo de frutas y verduras, carne roja, etc.

“Son factores que en algún momento pueden convertirse en factores de riesgo. Pero todo eso debe coadyuvar juntos en la célula para que, dependiendo de muchas cosas más, pueda favorecer el aparecimiento de un cáncer”, explica Soria, y agrega que se debe tomar en cuenta que estos estudios se realizaron en países diferentes a Ecuador, con otra cultura y con otros hábitos alimentarios. En Ecuador no hay estudios propios.

Por su parte, la nutricionista Francisca Cifuentes señala que los especialistas ya sabían desde hace un tiempo que los alimentos procesados no son el mejor nutriente ni el mejor producto para consumir a diario debido a su composición, pues tienen muchos nitritos a los que se los relaciona directamente como causantes del cáncer colorrectal. Agrega que estos productos también contienen fosfato, baja proteína y más bien bastante almidón y grasa, de ahí que su valor nutricional es bajo.

El comunicado de la OMS no dice que hay que privarse de comer embutidos, pero sí que es recomendable limitarlos. Cifuentes aconseja comerlos máximo una vez a la semana o cada 15 días.

Es importante que el comensal observe los etiquetados de los embutidos y consuma el que tenga un mayor valor proteínico y menor cantidad de grasa. Dos rodajas de jamón a la semana o una de jamón y una salchicha son las porciones adecuadas y que no causan daño.

Es importante mencionar que un embutido no sustituye a un alimento. Por eso la nutricionista recomienda que se los considere más bien como una golosina que no se debe ingerir con demasiada frecuencia.

Sobre la carne roja, Cifuentes menciona que hasta que no esté comprobado que es un causal de cáncer no se la puede sacar de la dieta. Recomienda que su consumo sea una vez a la semana. La porción debe ser del tamaño de la palma de la mano y de un dedo de grosor. Se podría comer esta porción máximo 2 veces a la semana.

Pero ninguna proteína sustituye a la cantidad de hierro que tiene la carne roja. Por lo que al limitar su consumo se lo debe reemplazar con otros alimentos que aportan hierro como los productos verdes: berro, espinaca y brócoli.

Se cree que al colocar la carne directamente a la parrilla o a un sartén se producen mayores contaminantes y elementos carcinógenos. Esto no está aún comprobado.

Aunque la sugerencia de la OMS no es que los seres humanos se hagan vegetarianos o veganos, Cifuentes recomienda que quienes hayan optado por este hábito alimenticio lo tomen con mucha responsabilidad porque deben aprender a suplementar o tratar de completar la cadena de aminoácidos para tener una buena nutrición.

“Esto se logra, por ejemplo, combinando arroz con lenteja. Este plato podría llegar a reemplazar a una carne roja. También se debe consumir fideo con fréjol o papa con garbanzo. Debe estar combinado un carbohidráto con un grano para que lleguen a completar la cadena de aminoácidos”, indica.

Algunos vegetarianos y veganos recibieron con agrado la noticia de la OMS. Por ejemplo, Lola Ocampo, de 39 años, es vegetaria desde hace 14 y asegura que cuando dejó de consumir carne empezó a sentir cambios muy importantes en su cuerpo. “Desde el ánimo hasta la capacidad de entender las cosas, me sentía más lúcida”, comenta.

Según Lola su salud mejoró en un 100%. Dice que va al médico solo para los estudios de rutina. Recuerda que cuando comía carne sufría de estreñimiento, pasaba de mal humor y apurada todo el tiempo. Cuenta que dejó de sentir la pesadez que le daba al comer carne. “Uno tiene que comer y estar claro para hacer diversas actividades”, agrega Lola.

Explica que la industria dedicada a los cárnicos son monopolios en los que los animales están confinados en pequeños espacios donde les inyectan hormonas de crecimiento. “Son animales que sufren todo el tiempo. Estás comiendo dolor, angustia, encierro, tristeza y eso en algún lugar de tu cuerpo va a aparecer”, comenta, y añade que las enfermedades aparecen porque el ambiente actual está contaminado y la comida es tóxica.

Sin embargo, otros no piensan dejar de consumir carne roja. Es el caso de Agustín Muñoz, propietario del restaurante La Milonga Porteña, un lugar donde la carne es la estrella en el menú.

Muñoz explica que la carne es un alimento básico en la dieta del ser humano por las proteínas y nutrientes que le aporta. “Respeto a los vegetarianos, pero creo que sí es necesario comer carne, claro, no todos los días; todo extremo es malo. Considero que todo lo que engorda te hace daño, por eso los embutidos no son buenos. Pero tomar cola diariamente creo que es peor que comer carne todos los días”, dice Agustín.

La nutricionista asegura que las palabras clave para una buena alimentación son cantidad, variedad y equilibrio. De ahí que explica que se puede comer de todo.

“Ningún extremo es bueno. El mejor tratamiento es la prevención. Se previene muchas cosas teniendo una vida equilibrada, haciendo ejercicios 3 o 4 veces a la semana unos 30 minutos, dedicarte tiempo a ti, no pasar en el bloqueo del trabajo, en el estrés, y alimentándonos adecuadamente a horas correctas” , señala Soria.

Especialista

“Se debe consumir menor cantidad de carnes procesadas”

Si tenemos ganas de comer un embutido hagámoslo porque es rico, pero disminuyamos la cantidad de los 50 gramos diarios que da un riesgo de cáncer del 18% y consumamos una vez a la semana o cada 15 días.

El IARC hizo un estudio comparativo en 1990, con 60 mil personas de países europeos, entre vegetarianos y los que comen carne ahumada. La investigación concluyó que el riesgo de cáncer en ambos grupos es igual.  

Pero ¿por qué comerlos y no eliminar totalmente su consumo? La carne es rica en proteínas que permiten que nuestro organismo funcione, pero además contiene zinc, que ayuda en el sistema inmunológico, hierro, que ayuda a transportar el oxígeno a todos los órganos y sistemas, y vitamina B12 que ayuda a prevenir la anemia.

Aún no hay un estudio que explique si las carnes en Ecuador tienen el mismo proceso de preparación que en otros países que fueron investigados.

Luis Nieto, Oncólogo

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Comer sano

El desayuno debe tener un carbohidrato, una proteína como leche, yogur, huevo o queso, y alguna fruta. El almuerzo debe contener un carbohidrato, una proteína, vegetales y grasas buenas como el aceite de oliva, aguacate o frutos secos. En la noche debe haber una porción pequeña de carbohidrato, proteína y vegetales. Se debe comer 5 veces al día. A media mañana se puede consumir una fruta o yogur.

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Testimonios

“La carne está intoxicada de diversas maneras”

Nací vegetariana porque mi papá y mi abuelita lo eran. Cuando estuve en el colegio yo sí quería comer carne. Probé algunos años, pero no me gustó. A los 17 años me volví vegetariana otra vez. Siempre he estado bien de salud, incluso tengo 4 hijos y nadie me cree. Además me ha ayudado a mi elasticidad. Hubo un tiempo que hacía mucho deporte y me empecé a sentir mal. Ahí empecé a comer más proteínas porque uno debe compensar, por cada kilogramo de uno se necesitan 2 gramos de proteínas, eso mezclado con un cereal. Esto se debe comer todos los días.

Además veo que no tengan productos químicos porque igual hay cosas vegetarianas que están llenas de preservantes, o cosas así, que a la larga son peor. Te podrías intoxicar igual que con la carne. Como solo cosas orgánicas, incluso hago cremas que son completamente orgánicas. Con este estilo de vida me ha ido bien, es más, me da un poco de asco la carne, incluso en los embarazos he podido identificar un olor peculiar de la carne que también lo huelo en algunas personas que comen carne.

Cuando comía carne en colegió me salían granos. Yo sí creo que la carne hace daño al organismo, las toxinas de la carne se quedan en las articulaciones, es algo que está intoxicado de diversas maneras. Comer carne te vuelve agresivo y te da pesadez. Además lo hago por el karma, todo lo que se le hace al prójimo se te regresa. Solo hay que saber cómo alimentarse.

Laura Carrión, 29 años

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“Ser vegetariana es saber que quieres estar bien física y sentimentalmente”

Soy vegetariana desde hace 10 años. Decidí dejar de comer carne por amor a los animales. Hubo un tiempo en que fui activista en contra de las corridas de toros. Estoy en contra de que los animales sean usados como una mercancía, que sean maltratados, que les hagan cambios genéticos para que crezcan más rápido. Eso para mí es duro. Me puse a pensar en que pasaba todo el tiempo luchando por los derechos de los animales pero comía carne, así que me pareció una contradicción.

Al principio hice mal la transición porque dejé de una de comer carne. Fue duro porque me descompensé. No me alimentaba bien pero con el paso de los años me fui educando sobre qué menú debía comer, aprendí a cocinar y cómo debo comer proteínas. Aquí en Ecuador es realmente difícil encontrar lugares que entiendan lo que significa ser vegetariana. Creen que solo comemos arroz, papas y ensalada, y no es así. Necesitamos granos que complementan la alimentación.

Con los años he aprendido a ser una vegetariana consciente de mi cuerpo. Desde que le di este cambio a mi vida tengo la consciencia tranquila y además tengo salud. Siendo vegetariano uno se siente más tranquila, menos pesado, te lleva a un estado de ánimo de paz. Todo radica en saber qué es lo que quieres de tu vida. Si vas a tomar una decisión debes saber las ventajas y los inconvenientes que tiene, primero debes investigar pero es una buena decisión.

Irene Carrillo, 26 años

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