Discriminadas por amamantar en público
Por ejercer su lactancia de manera natural muchas mujeres han sido discriminadas e invitadas a retirarse de centros comerciales, hoteles, cafeterías y otros lugares públicos si insisten en amamantar a sus hijos a la vista de todos.
En diciembre del año anterior, una mujer fue obligada a cubrirse con una servilleta mientras daba de mamar en un lujoso hotel de Londres, la capital de Inglaterra. Louise Bums, de 35 años, publicó en su cuenta de Twitter la imagen de ella misma dándole el pecho a su bebé de 12 semanas mientras se cubría con una enorme servilleta. Había asistido al establecimiento a tomar té acompañada de su hermana y su madre
En su cuenta de Twitter comentó: “me pidieron que me cubriese con esta ridícula capa mientras daba de mamar para no ofender a nadie”. Este hecho reavivó el debate sobre el derecho de las mujeres a dar de lactar en público. Este tema no es nuevo, hace un par de años, varias redes sociales censuraron fotografías que mostraban imágenes de mujeres que dan de lactar al aire libre.
En 2012, Facebook cerró la cuenta de una mujer chilena porque publicó una serie de fotografías donde amamantaba a su hijo. La red social suspendió su perfil porque consideró que las imágenes eran inadecuadas. En aquella ocasión, le notificaron que le cerraban la cuenta, porque atentaba contra personas y colectivos.
A partir de este hecho, esta madre decidió abrir una cuenta en Facebook —aún vigente— denominada Amamantar no es obsceno.
El año pasado, Pat Lindsey, presidenta de la coalición de madres que dan pecho en Florida, Estados Unidos, comentó que “en el mundo se han normalizado los escotes y los trajes de baño pequeños, pero si lo que se ve es el pedacito de seno de una madre alimentando a su hijo, entonces la gente se horroriza”.
En Internet, hay varios blogs, donde las mujeres exponen el tema. Una de ellas advierte que en las clases populares, dar pecho es lo más natural del mundo. Creo que hay mucho racismo y clasismo asociado al tema. Si eres pobre lo haces sin problema, pero si eres una mujer educada y bien vestida no, porque eso no es elegante”, resalta. Para evitar que las mujeres sean discriminadas por esta causa, en muchos centros comerciales, sobre todo, de Europa, existen salas especiales de lactancia. Aunque constituyen una opción, ninguna madre está en la obligación de acudir a estos sitios para dar el pecho a sus bebés.
Para Alejadra Delgado, socióloga e investigadora de la Puce, este es un tema cultural. “Hay que entender que las diferentes culturas tienen distintas maneras de aproximarse al cuerpo y al trato social que se les da. En muchos casos, el cuerpo femenino ha sido velado, porque es una expresión que ha sido sujeta al control del proceso civilizatorio”. En este proceso, el control del cuerpo femenino tiene una razón de ser, como dice la especialista, ya que en él están contenidas todas las expresiones del deseo que podrían “comprometer la racionalidad del mundo moderno”. La socióloga precisa que en el caso ecuatoriano, los últimos años han sido importantes para las mujeres, porque pudieron recuperar su capacidad de decisión sobre sus cuerpos. Pero ¿qué sucede con el derecho a dar de lactar?
Según Alejandra Delgado, la lactancia tiene que ver con la irrupción del cuerpo femenino en la escena pública. “En todas las sociedades, hay lugares legítimos para mostrar y hay otros ilegítimos. Sobre el tema de la maternidad se crean una serie de imaginarios sociales que se relacionan con el tema de la pureza”. Eso significa que las madres son consideradas como una expresión del pudor y, en este sentido, mostrar las partes que desde otra perspectiva resultarían potencialmente eróticas, es una trasgresión a esa concepción.
De esta manera, esconder el pecho en el amamantamiento, deserotiza el cuerpo de la mujer. Aunque en muchos países es legítimo dar de lactar en lugares públicos, hay reportes de mujeres detenidas cada año por dar pecho a la vista de todos. En Estados Unidos, jóvenes estudiantes del estado de Texas decidieron crear una campaña gráfica para invitar a la reflexión sobre el derecho de las madres a amamantar en público y el de los bebés a ser alimentados cuando lo necesiten, sin que ambos deban ser motivo de vergüenza, incomodidad o rechazo.
En la gráfica, aparecen 3 jóvenes que dan de lactar a sus hijos, sentadas sobre el escusado de un baño público. En la parte inferior de la imagen se lee una frase: “Si tú no comes en el baño, un bebé tampoco tiene por qué”. Como esta, han surgido otras campañas en las que el principal objetivo es dar a conocer la importancia de la lactancia materna en el mundo. El mensaje es directo: ¿En qué momento de nuestra historia comenzamos a ver con otros ojos un acto de amor tan natural como el de alimentar a nuestro hijo?
Cada vez que una madre amamanta a su hijo, responde a una necesidad que tiene su bebé en un momento determinado. Por esta razón varios grupos denominados ‘lactivistas’, porque defienden la lactancia en público, advierten que la mujeres no tienen por qué preguntarse si hay alguien que se pueda molestar si las estarán mirando. “Estamos en pleno siglo XXI y es hora de quitarse los prejuicios”, argumentan. Aunque hay muchas mujeres que prefieren reservar este acto para la intimidad, hay otras que deben dar el pecho a sus bebés en cualquier espacio. Es su derecho aunque tengan que someterse a miradas reprobatorias.
Varios casos:
En Estados Unidos, Ingrid Wiese Hesson, quien decidió dar de lactar a su hijo en un local comercial, en Estados Unidos, fue invitada a abandonar la tienda por uno de los empleados del negocio.
En Canadá, Julia Wykes sacó su pecho para calmar el llanto de su hijo mientras hacía fila en un local de Starbucks de Ottawa, capital de Canadá, cuando fue increpada por un cliente que calificó el acto de “asqueroso”.
En varias páginas de Internet abundan las recomendaciones para amamantar sin que nadie vea, como por ejemplo: “evita desabrochar la ropa desde arriba, pues dejarás todo el pecho al descubierto, lleva contigo fulares y chales para taparte”.
En muchos casos son los hombres quienes mandan a su pareja a taparse o quienes hacen chistes al respecto. Son actitudes cuestionadas por los grupos lactivistas.