Para nadie son desconocidos los problemas por los que atraviesa el sistema de seguridad social ecuatoriano, los cuales derivan en dificultades, como esperas por turnos médicos, falta periódica (no permanente) de insumos y medicinas y saturación de algunos servicios. Y este no es un tema nuevo.

No obstante, en algún momento, un familiar, un conocido o nosotros mismos hemos requerido los servicios de salud que ofrece la institución, incluidas cirugías que, en el sistema privado de atención, nos costarían miles de dólares, algo inalcanzable para la mayoría. Asimismo, a pesar de los problemas de abastecimiento de algunos elementos, gran parte de los afiliados y jubilados recibe medicamentos gratuitos para sus tratamientos.

Pero la salud no es el único servicio que presta el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y el banco dependiente de este (Biess). Trabajadores y pensionistas acuden a estas instituciones para obtener préstamos, tanto hipotecarios como quirografarios, por las beneficiosas condiciones en que se ofrecen.

Según datos oficiales, en 2018, el Biess tramitó 2’068.779 créditos quirografarios. Para 2019, estos subieron a 2’476.209. Las colocaciones de recursos hicieron que el incremento se fijara en $ 384 millones, pasando de $ 3.283,8 millones en 2018 a $3.667,8 millones en 2019.

A las facilidades en cuanto a plazo y crédito que ofrecen las instituciones de aseguramiento público se suma ahora la factibilidad de realizar el trámite en línea, lo que evita las largas filas y la movilización. Y aunque la cifra colocada de préstamos hipotecarios (para vivienda) fue menor, en 2019 alcanzó los $ 610,6 millones.

En la actualidad se debaten posibles soluciones a los problemas del IESS. Las opciones de las que se hablan no agradan a todos; sin embargo, tanto quienes son parte del sistema como aquellos que tienen la posibilidad de integrarlo en el futuro deben aportar con ideas y voluntad de ayuda. (O)