Deuda con el IESS. Ayer, el presidente de la República, Lenín Moreno, anunció el pago de $1.527 millones al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), en la Gobierno Zonal de Guayaquil.

Esto será en tres cuotas mensuales hasta diciembre, cada de una con un promedio de $ 509 millones. Pero esos recursos no son parte del crédito del Fondo Monetario Internacional (FMI) para Ecuador, sino que ese dinero externo hizo posible liberar otros recursos en el país para pagar esa deuda con el IESS.

La mayor parte de ese pago servirá para solucionar un problema a corto plazo, es decir, el aporte del 40% del Estado para las pensiones jubilares de 2020. Un aporte que Rafael Correa no canceló, pero que este Gobierno asumió para alimentar ese fondo de pensiones.
Ese pago atrasado, además, servirá para obligaciones con el Seguro Social Campesino, el aporte de jubilaciones del magisterio fiscal y el incremento de pensiones.

También se creará un comité conformado por la Presidencia, el Ministerio de Economía y Finanzas, el IESS y el BIESS para asegurar el cumplimiento de las prestaciones de los jubilados que otorga esa institución

Sin embargo, esa inyección económica no resuelve la sostenibilidad de la Seguridad Social a largo plazo ni para las futuras generaciones. Para ello se prepara una reforma estructural a la ley del IESS, que esté basada en el diálogo con distintos sectores sociales y con la asesoría de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

El informe actuarial de esa organización, del 2013 al 2015, publicado en portal web del IESS, señala que el Seguro de Salud familiar e individual tiene una grave situación financiera. El Seguro de Riesgos del Trabajo es sostenible para 40 años, mientras el Seguro de Vejez no tendrá fondos para pagar en 2046, entre otros.

El IESS tiene 2,44 millones de afiliados cuyos aportes son indispensables para financiar el modelo.