¿Qué tienen los socialcristianos que cuando quieren responder a una idea lanzan objetos? No hace mucho, Jaime Nebot le dio un carpetazo a un juez; a Cynthia Viteri le faltó poco para lanzar algo a Paola Pavón en la Asamblea; Alfonso Harb ha intentado de varios modos expresar su “virilidad”; ¿quién fue el que lanzó un cenicerazo a Jamil Mahuad y a Vladimiro Álvarez?; y ahora Andrés Roche lanza monedas a un grupo de ciudadanos guayaquileños que se oponen a la colocación de un monumento a León Febres-Cordero en el barrio Las Peñas.
En la lógica de la violencia, inconsciente o conscientemente, quien la ejerce se prepara para ello. Y por tanto, el asambleísta por Guayas no tenía las monedas por casualidad y mucho menos su reacción tiene que ver con un acto impulsivo. Está preparado para ello desde una condición básica: no respeta a su contradictor.
Es más: ¿cualquier contradictor para él es motivo de humillación y ofensa? Entonces, ¿por qué demandan absoluta tolerancia cuando hablan (él y sus coidearios) de libertad de expresión?
El que lanza monedas, además, quiere decir que tiene plata (o que le sobra) y dice a su contradictor que las reciba como limosna.
Y se puede también explicar por el lado de su propio reflejo: todo se arregla con plata. Con ello no solo que se revela en su condición ideológica y política.
¿Asume que la colocación del monumento a su ex líder tiene una forma de arreglo? ¿Y no son ellos los que cuestionan una sentencia con una abultada sanción económica?
Por lo pronto, hay hechos que marcan a los personajes de la política y los cargan por el resto de su carrera. Andrés Roche (que ya ha sido protagonista de otros actos violentos) no podrá borrar fácilmente de su currículum la imagen de lanzador de monedas a unos muchachos que han planteado una demanda y no han pedido limosna.