La inclusión de las personas con discapacidad, en todas las aristas de la sociedad, es un tema que avanza a paso lento, pero con certezas visibles no solo en la academia, en trabajos artesanales y de servicio, sino también en el deporte.
En los últimos años hemos visto cómo la inclusión está presente no solo en instituciones públicas y privadas, sino en los emprendimientos que son alentados por quienes creen en aquellos que, por alguna causa, tienen algún tipo de impedimento físico o problema a nivel neurológico.
Con regocijo observamos que muchos niños, jóvenes y adultos aprovechan las oportunidades que se les presentan para aprender algún oficio y abrirse campo en la sociedad y ser parte activa de ella.
Hay jóvenes que trabajan en restaurantes, en oficinas; otros que aprenden repostería y crean sus emprendimientos. Pero también están aquellos que se vieron volcados a los deportes y que, hoy por hoy, representan al país con excelentes resultados.
Tal es el caso de la paratleta Kiara Rodríguez, de 16 años, quien ganó medalla de oro en la modalidad de salto largo en el Campeonato Mundial de Paratletismo que se efectúa en Dubai (Emiratos Árabes Unidos).
La adolescente se inició en el deporte con el vóley, pero luego su entrenador hizo que se decidiera por el salto largo. Otros nombres resuenan junto al de Rodríguez. Se trata de Ánderson Colorado y Damián Carcelén, quienes representarán al Ecuador en los Juegos Paralímpicos Tokio 2020.
Ellos y muchas otras personas con algún tipo de discapacidad son la muestra viviente de que todo esfuerzo vale la pena y de que no hay barreras que impidan que los sueños se hagan realidad.
Pese a que aún como sociedad nos falta mucho por hacer en el tema de la inclusión, pues existen barreras físicas como el acceso a la movilidad, también es de resaltar que instituciones, fundaciones y ONG hacen un trabajo de hormiga en el tema de la igualdad, el respeto, la tolerancia. Que esas barreras físicas no trasciendan a barreras mentales. (O)