Contrariamente a lo que se esperaba, la banca privada de Ecuador terminó 2019 con cifras positivas que muestran estabilidad y son un tranquilizador en medio de la actual situación económica del país.
Los principales indicadores crecieron. Por ejemplo, la colocación de créditos se incrementó 10% frente a 2018 con una entrega total de $ 30.029 millones, un récord, según explicó a EL TELÉGRAFO Julio José Prado, representante de los bancos privados de Ecuador.
Es importante señalar que el 60% de esa cartera se destina a sectores productivos, vivienda y microempresas; mientras que el 40% fue para crédito de consumo. En el año anterior también crecieron segmentos específicos, como el microcrédito, los créditos verdes y aquellos destinados a mujeres, lo cual también constituye un aporte para la inclusión financiera que aún tiene grandes brechas en el país.
En cuanto a los depósitos, se registró un crecimiento interanual del 8,3% y 2019 cerró con $ 31.599 millones. Este porcentaje es importante, pues en 2018 la tasa de crecimiento fue del 2%.
El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional fue primordial para alcanzar estos resultados positivos, ya que se inyectó liquidez en la economía y se genera confianza en el mercado nacional e internacional.
Prado asegura que la banca está estable y líquida para continuar otorgando créditos en 2020. Hace un llamado, eso sí, a la tranquilidad económica y voluntad política para avanzar en dos reformas legales que ayudarán a la sostenibilidad del país y del sistema financiero.
La primera es el Código Monetario, que contempla la independencia del Banco Central y normas que permitirán que más capitales internacionales ingresen a la economía. Está previsto que este proyecto llegue a la Asamblea Nacional durante el primer semestre de este año.
Tanto la banca como otros sectores productivos claman por la reforma laboral para mejorar los índices de productividad, de ella todavía no hay una fecha confirmada para el envío. (O)