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El Telégrafo

A España solo le queda una receta: el diálogo

24 de diciembre de 2017

El pueblo catalán se ha pronunciado y ha infligido una catastrófica derrota al presidente español Mariano Rajoy. El mandatario se había erigido como “defensor del Estado de derecho” y representante de una “minoría silenciosa” que se oponía a la secesión. Pero las elecciones llevaron al traste esta tesis. Los mismos que fueron sacados del poder en esta comunidad autónoma de España volverán a gobernar (pese a un retroceso de su apoyo electoral) y eso pone en una difícil situación a Rajoy, tanto en su país como en la Unión Europea.

El Partido Popular casi se ha convertido en una fuerza marginal en el motor económico de España, que acoge a la segunda ciudad del país. ¿Cómo gobernar así? Por eso se multiplican ahora los pedidos de adelantar elecciones nacionales lo que inyectará más inestabilidad.

Desde este espacio se ha defendido la unidad de España. Es un compromiso de prácticamente toda la comunidad internacional. Pero las imágenes de policías que reprimían a personas que solo querían votar dio alas a los separatistas, y de alguna manera legitimidad en el resto del mundo.

Ese fue el último gran error de Rajoy; el otro fue ignorar durante años el creciente sentimiento secesionista en Cataluña. Ese movimiento fue considerado inviable políticamente y que solo tenía acogida entre los extremistas. Le dieron la espalda a un problema grave.

Ahora a España solo le queda una receta: el diálogo. Hay que sentarse a conversar porque la cuestión catalana es, sobre todo, un problema político que se resuelve en una mesa, no en las calles; tampoco en los tribunales y mucho menos en otros países. Son los españoles quienes tienen la llave para solucionar esta crisis que no soporta más aplazamientos.

Pero si los ánimos están muy exacerbados, si los principales actores tienen diferencias irreconciliables, si la polarización persiste, es mejor dar un paso al costado. Permitir que nuevas figuras emerjan, capaces de llegar a un consenso que tenga como marco la preservación de una España fuerte y unida. (O) et

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