Las jorobadas, gigantes del Antártico, recalan en las costas de Ecuador
Las ballenas jorobadas, las gigantes del Antártico, se encuentran en esta temporada en las cálidas aguas del Pacífico ecuatorial, donde se aparean y reproducen y, de paso, deslumbran a miles de turistas.
La provincia costera de Manabí, en el oeste de Ecuador, acoge por esta época a casi un millar de jorobadas, explicó Pedro Falconí, director de Turismo del Municipio de Puerto López, uno de los balnearios en esa costa.
De acuerdo con el funcionario, esta especie de ballenas busca aguas cálidas para "parir y aparearse" y encuentran allí un lugar ideal gracias a sus fondos menos profundos y apacibles.
"Vienen del Antártico, recorriendo ocho mil millas náuticas", agregó, y en su viaje suelen recalar frente a las costas de Manabí, donde también seducen a los turistas con sus vistosas danzas para conquistar a sus parejas.
Se exhiben con saltos y aleteos, o enseñan a sus crías las bondades de esas peripecias para conseguir comida cuando vuelvan a la Antártida.
Las jorobadas llegan a recorrer todo el litoral suramericano y muchas incluso alcanzan las costas de México y California, aunque en la Isla de la Plata, frente a Puerto López, se suelen estacionar entre 700 y 800 de estos cetáceos, convirtiéndose en una de las mayores atracciones turísticas de Ecuador por esta época.
Ubicada unos 60 kilómetros al noroeste de Puerto López, la isla es conocida por algunos como "la pequeña galápagos", porque alberga a un gran número de especies de aves marinas que anidan en el archipiélago como piqueros de patas azules, fragatas y albatros, entre muchas otras.
Falconí destacó que el "Festival de Ballenas" que organiza el municipio entre junio y septiembre suele atraer a numerosos turistas estadounidenses, gracias a la promoción turística que Puerto López ha efectuado en los últimos meses en ese país.
Las ballenas jorobadas permanecen en las cálidas aguas ecuatoriales hasta septiembre e incluso octubre, para después regresar con sus crías y los machos a la gélidas aguas del Polo Sur.
Las hembras pueden alcanzar los dieciséis metros de longitud y pesar entre 30 y 40 toneladas, y son incluso más grandes que los machos.
De complexión robusta, este cetáceo se caracterizan porque su cuerpo se estrecha rápidamente hacia atrás de la aleta dorsal. (I)