El jueves, la Escuela de Negocios de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) organizó un conversatorio sobre ‘el rol de la banca central en una economía dolarizada’.

En el evento, César Robalino, expresidente de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador, y Abelardo Pachano, expresidente de Produbanco, decantaron sus posiciones sobre las opciones de política en la actual coyuntura económica.

La competitividad como problema de un régimen cambiario rígido

En un recuento de algunos hitos de la historia económica mundial, Pachano destacó que durante el siglo XX el predominio de los tipos de cambio fijos culminó debido a la pérdida de liquidez y competitividad de las economías.

Con el trasfondo de esas ‘lecciones’ del pasado, Pachano mencionó que en un país dolarizado “si hacemos que la economía tenga niveles de costos que sean competitivos, podemos tener los suficientes elementos para el desarrollo”.

El papel del dinero electrónico depende de su administración

Según Pachano, el dinero electrónico es un instrumento para realizar transacciones monetarias aprovechando el avance tecnológico. “El dinero electrónico no es otra cosa que la misma tarjeta de crédito, pero adherida al sistema de comunicación. En todo el mundo funciona como un instrumento privado más, para tener un mercado mucho más eficiente”, dijo.

Si bien sería solo un nuevo medio de pago, el dinero electrónico ha recibido interpretaciones erróneas.

De manera usual pero equivocada, acotó Pachano, se confunde entre ‘emisión monetaria’ una actividad sobre la cual el Estado tiene monopolio en las sociedades contemporáneas; y ‘creación secundaria de dinero’, un proceso generado mediante el otorgamiento de créditos efectuado por la banca privada.

“El dinero electrónico no es un mecanismo de emisión monetaria”, dijo Pachano. En correspondencia con esta concepción, al responder a una pregunta sobre quién debería administrar el dinero electrónico en Ecuador, el exbanquero dio a entender su preferencia por una operación del dinero electrónico gestionada a través de la infraestructura disponible en el sistema bancario privado.

Al respecto, Robalino expresó también una opinión similar. (I)