Al conmemorarse veinte años de dolarización, el Banco Central del Ecuador (BCE) informó que desde la adopción del nuevo sistema monetario, Ecuador importó $ 35.223 millones en billetes.

En el mismo período, los billetes viejos tuvieron que ser retirados de la circulación. Estos ascendieron al monto de $ 26.456 millones.

Solo en 2019, el BCE sacó $ 1.600 millones de billetes deteriorados y trajo $ 2.200 millones nuevos. La evidencia real, según el BCE, es la necesidad de fomentar las transacciones económicas vía electrónica.

Aunque en los últimos seis años la población que usa tarjetas de crédito, débito y dinero electrónico se duplicó, Verónica Artola, gerente del BCE, criticó que cada ecuatoriano en promedio haga tan solo cuatro transacciones electrónicas al año.

La tendencia es diferente a escala internacional. Los colombianos realizan 12 transacciones anuales, mientras que en Suecia la cantidad se dispara a 400. “Hay que reducir el uso de dinero físico”, explicó Artola.

La gerente también se refirió a los beneficios de la dolarización. Uno de ellos es el mayor crecimiento, tan solo opacado por el primer boom petrolero cuando se creció en 6,5%.

En la década de 1990, el porcentaje se redujo a 1,9% en promedio. A partir del 2000 y hasta 2019, la tasa de crecimiento promedio se ubica en el 3,6%.

El boom de los commodities y el petróleo permitieron tener este segundo boom de crecimiento. “La segunda tasa de crecimiento más alta fue después de la dolarización. Esos ingresos que fueron transmitidos para gasto fiscal”, explicó Artola.

Pero también alertó que el ritmo del desempeño del Producto Interno Bruto “sigue siendo bajo si queremos lograr metas sociales más altas”.

Por esta razón, Artola enfatizó que desde la política pública, el país piense en mecanismos para lograr que todo el crecimiento económico que se obtenga, vaya enfocado sobre todo a los ciudadanos que más lo necesiten. También reiteró la importancia de que el BCE obtenga autonomía. (I)