El viernes pasado se presentó el libro de microcuentos Enciclopedia Mínima, del autor peruano Ricardo Sumalavia (Lima, 1968).

El editor del sello nacional Cactus Pink, Santiago Peña Bossano, le sugirió que incluyera el texto “Oficios imaginarios”, del libro Enciclopedia plástica.

“(Este género) me permitió descubrir registros como la ironía, el humor y el erotismo que antes no había explorado”, comentó a sus lectores el autor limeño, en la Casa Carrión.

“Existe un mundo desconocido” en los cuentos de Sumalavia, reseñó la escritora Sandra Araya, “muchos mundos, habitaciones donde las niñas hablan con amigas imaginarias, una calle de Lima donde un niño sonríe de forma extraña, otra calle donde sucede un asalto y aparecen mil pirañas, un laberinto de calles donde puede caer abatido un poeta. Ojalá”.

Reciente autora de la novela Un Suceso extraño, Araya insistió en que los textos de Enciclopedia... hacen que sus lectores pasen de ser testigos a protagonistas. “Hay un juego de espejos” que no siempre devuelve el reflejo de lo que somos. El escritor Leonardo Valencia escribió el prólogo del cuentario con el título “Temblor al borde de la página”, uno que se siente durante su lectura, comentó el autor de El Desterrado, quien conoció a Sumalavia —junto a Iván Thays— hace un cuarto de siglo.

“Hay alguna influencia coreana en los textos de Ricardo, la trajo luego de vivir en ese país, y en el libro está la maravilla de la contención que lo hace inagotable”, contó Valencia, quien presentará su nueva novela, La Escalera bramante, en Bogotá, el 2 de mayo; mientras que Sumalavia presentará la suya, Historia de un brazo, esta semana.

Antes de leer el microcuento “Oficios imaginarios”, el escritor peruano recordó que la lectura de enciclopedias ha sido constante en su formación. “Mi padre, que tiene 93 años y es una enciclopedia, me contaba historias de todo calibre, incluidas las eróticas que están en este libro y en la nueva novela”. (I)