Los sellos independientes no solo hacen reediciones y antologías
Pese a que estuvieron ubicadas en un lugar no muy visible de la última Feria Internacional del Libro de Quito –la cual se desarrolló en las instalaciones del Museo Nacional, del 11 al 20 de noviembre pasado–, las editoriales independientes tienen una actividad constante.
En el primer semestre del año, el sector editorial del país produjo –según el registro ISBN– 2.796 títulos. El año pasado, la cifra de publicaciones fue de 4.571, 159 más que en 2014. Buena parte de estos títulos provienen de sellos independientes, que ya tienen a nuevos autores en su agenda para 2017.
La editorial quiteña Cactus Pink –que distribuye sus libros a través de Tecnilibro– publicará Elogio del pensamiento doble, aforismos del escritor quiteño Abdón Ubidia. Además, una edición conmemorativa de Crónicas de Breve Reino, de Santiago Páez, que cumple una década de publicada.
El escritor Santiago Peña Bossano –ganador del premio literario Aurelio Espinosa Pólit y quien dirige esta novel propuesta– le explicó a este diario que la editorial lanzará una colección de 12 clásicos de la literatura ecuatoriana, los cuales se publicarán uno por mes, siendo el primero Un hombre muerto a puntapiés, del lojano Pablo Palacio, en una edición que contendrá un prólogo del ensayista Gustavo Salazar.
El prólogo –según Santiago Peña Bossano– “refleja la correspondencia de Palacio con Benjamín Carrión” y la de este último, crítico literario, con otros autores sobre la obra del lojano.
Jorge Icaza Coronel y José de la Cuadra son otros de los escritores que compondrán esta nueva colección, la que se podrá adquirir mediante una suscripción en Tecnilibro o Kafka Escuela de Escritores, por el valor de $ 20.
La novelista Sandra Araya dirige la editorial Doble Rostro, que planea publicar la novela En el cerco del sol, del quiteño Yanko Molina. Mientras que el libro Carreteras será una compilación de “Cuadernos de viaje” de varios autores, entre quienes están las poetas Andrea Torres Armas y Carla Badillo Coronado. En cuanto a relatos de no ficción, Doble Rostro también publicará una serie de perfiles de trabajadoras sexuales.
La editorial Turbina –que ostenta el ‘récord’ de haber publicado 8 títulos en 2016, los cuales suman 1.600 ejemplares impresos– tiene como editor a Juan Pablo Crespo, quien mantiene constante su periodicidad de publicaciones y cuyo próximo título será una guía de arte contemporáneo. El libro, inédito en su género, reunirá a más de un centenar de artistas del país y será una coedición. Turbina también publicará dos títulos más de la colección Turbulencias, e inaugurará otra.
La editorial guayaquileña Cadáver Exquisito, que dirige María Paulina Briones, publicará La muerte es cuento de Francisco Oliva y una reedición de La desfiguración Silva, de la escritora Mónica Ojeda, quien ganó el Premio Latinoamericano de Novela Alba Narrativa 2014.
El sello también publicará una serie de textos inéditos con el nombre Bemba Rococó, una muestra de que la actividad de estos proyectos atiende, como en un nicho, a lectores que buscan alternativas editoriales.
Ruido Blanco acercará a los lectores ecuatorianos a la poesía del peruano Mario Montalbetti –de quien publicarán una antología– y a la del mexicano Luis Eduardo García. La editorial, de la cual está al frente el poeta Andrés Villalba Becdach, publicará los versos de los ecuatorianos Juan José Rodinás y Lucas Andino.
La Caracola editores –cuyo trajinar en el sector es anterior al resto de sellos citados– cumple una década de labores el próximo año y, para conmemorarlo, publicará la colección Cuadernos de Ruta, 7 tomos (uno por autor) dedicado a distintos géneros y que contendrán fragmentos inéditos de obras que se publicarán posteriormente, “para mostrarles a los lectores que la actividad literaria en el país es un proceso constante”, explicó Juan Carlos Arteaga, quien coedita en La Caracola, al lado de Yanko Molina. Arteaga señaló que los autores incluidos en esta nueva propuesta no sobrepasan los 45 años y que el lanzamiento está planificado para el próximo abril.
De 2014 a 2015, la producción editorial creció 3,6%. En el sector, los libros de texto continúan siendo los más numerosos -en títulos inéditos, reediciones y ejemplares impresos-, pero es constante el aporte de otros sellos.
Ian McEwan reaparece en Tusquets
A escala internacional, las grandes editoriales todavía no han descartado el formato impreso frente a los digitales y los géneros que publicarán serán diversos. Un volumen reunirá artículos y ensayos de Haruki Murakami bajo el título Novelista como vocación y el sello Tusquets.
El portal infobae.com publicó que Anagrama tiene en agenda a: Cáscara de nuez, del inglés Ian McEwan; El día de la madre, de Graham Swift; Babilonia, de Yasmina Reza; y Opiniones contundentes, de Vladimir Nabokov, autor ruso, reconocido por el idilio Lolita, de quien se reeditarán Ada o el ardor y Pálido fuego.
Entre otras escritoras aclamadas, aunque más misteriosas, Elena Ferrante será reeditada por Penguin Random House, sello que ha comprado los derechos de Crónicas del desamor. Durante el segundo semestre de 2017 habrá una nueva entrega de la serie protagonizada por el comisario Mario Conde, personaje de Leonardo Padura, uno de los autores predilectos de Tusquets. Almudena Grandes reaparecerá con Los pacientes del doctor García. (I)
Datos
Cactus Pink reeditó 500 ejemplares de Olvido, una novela corta de Santiago Páez, de quien también reeditarán Crónicas del Breve Reino. La editorial publicará una docena de clásicos, además de un inédito.
Doble Rostro publicó De a pie, una antología de artículos editados en el medio digital La Barra Espaciadora, que puso 500 ejemplares en el mercado. Este año continuará editando el género no ficción.
Ruido Blanco inauguró su sección narrativa con Para esta mañana diáfana, de Daniela Alcívar Bellolio. En 2017, el sello publicará antologías de los poetas Mario Montalbetti (Perú) y Luis Eduardo García (México).
Cadáver Exquisito publicó Historia sucia de Guayaquil, del escritor Francisco Santana. En su agenda están los cuentos inéditos de Francisco Oliva y una reedición de la primera novela de la guayaquileña Mónica Ojeda.