Ovejero: un escritor que habla del amor y la crisis
Madrid, España.- El narrador, poeta y ensayista José Ovejero, que obtuvo el pasado mes el premio Alfaguara 2013 con “La invención del amor”, desde ahora en la calle, cree que en España falta espacio para el debate y el compromiso intelectual en la actual crisis.
Y es que José Ovejero (Madrid, 1958), que no para de publicar y obtener reconocimientos, desde que recibió su primer premio, el Ciudad de Irún en 1993, hasta el último en 2012, el Anagrama de Ensayo por “La ética de la crueldad”, siempre ha sido un creador comprometido que ha rechazado mirar hacia otro lado.
Como también lo hace con “La invención del amor” (ahora en Alfaguara), una historia de amor inventado, un relato de suspense sobre la posibilidad de reinventarse, “a lo Patricia Highsmith”, que tiene también como telón de fondo el ambiente de “crisis y desánimo que se vive en España” y más concretamente Madrid, donde está situada.
“La invención del amor” cuenta la historia de su protagonista, Samuel, un hombre que pasa de los cuarenta, un solitario que no cree en el amor y que no quiere comprometerse con nada ni con nadie, pero que un día recibe una llamada de un hombre desconocido que le dice que Clara ha muerto y cuelga.
La ficción pone al lector en contacto con la realidad a través de las emociones...A partir de ese momento Samuel decide que esa chica, que ha muerto y a la cual no conoce, va a ser el centro de su vida y se hace pasar por el amante secreto de Clara. “No es una historia de amor propiamente -explica el autor-, pero sí que es una historia de amor para gente que no lee historias de amor. He intentado hacer algo distinto, darle una vuelta y alejarme de los tópicos. He escrito algo como para alguien como yo, al que le da reparo utilizar la palabra amor”.
Pero además esta novela, en la que la sorpresa y el suspense están garantizados hasta el final, habla también de la impostura, de la mentira, y supone toda una invitación a que el lector siga el juego en el que se ha embarcado el protagonista.
“La novela es una invitación a reinventarse -argumenta-, a reinventar la relación con los otros. La idea del amor eterno me produce terror, eso de estar estancado toda la vida es espantoso. Creo que hay que estar reinventándose, que es lo que hace mi protagonista en lugar de quedarse en casa. Decide emprender un juego para perderse”.
Pero, precisamente, Samuel, el protagonista, no tiene televisión, todo un símbolo, y sí que tiene una terraza en la que se aisla del mundo y en donde, de vez en cuando, recibe a sus amigos o a sus esporádicas amantes. “Él dice: ‘Bueno, voy a dejar de estar aquí sentado -donde estamos la mayoría- y voy a correr un riesgo’, algo que también hace el lector”.
“La invención del amor” se desarrolla en un contexto de crisis. “En principio, no me planteé nada de esto -reconoce Ovejero-, pero me fue saliendo y me dejé llevar, porque yo no puedo escribir de personajes aislados de su medio, y este contexto del aquí y ahora, en este Madrid de angustia, de desánimo, de falta de horizonte, es brutal y nos domina”, sostiene el autor de obras como “Las vidas ajenas”.
Una mirada crítica que el escritor posa en la novela, ya que dice que la ficción tiene la ventaja de poner al lector en contacto con la realidad a través de las emociones.
Y esa realidad social que ahora observa Ovejero más directamente, porque ha establecido su residencia fija en Madrid después de vivir en Bruselas y esporádicamente en Estados Unidos, es la que le lleva también a ser muy activo en las redes sociales.
“No sé lo que haré, porque me estoy instalando todavía -sostiene-. Ahora bajo a la calle y me manifiesto, pero quiero implicarme más en esta crítica. Aquí faltan debates en los medios”, concluye el autor de “Nueva guía del Museo del Prado”.