La elevación de los precios de alimentos es crueldad para los pobres y beneficio a los especuladores y avarientos que incrementan sus riquezas, injusta e ilegalmente.
Los gobernantes irresponsables lo permiten y protegen la criminal especulación; la prensa honesta repudia que en estos últimos días la fruta ha subido el 50%, no solo es dicho incremento, es mucho más y en todos los productos de subsistencia crudos; en los restaurantes han subido el valor de los almuerzos a $ 4 y la calidad de los preparados ha desmejorado notablemente; los hoteles de igual manera han sido elevados sin ningún control ni justificación; lo cierto es que la vida de los niños es crítica; hay desnutrición y parasitosis en la mayoría de infantes ecuatorianos; atención médica no hay en los hospitales públicos.
Antes existía servicio médico y odontológico en las iglesias católicas: San Agustín, Catedral, San Vicente y otras más; los servicios eran regulares, pero sí solucionaban los problemas; tales servicios han desaparecido definitivamente.
Antes la Municipalidad tenía policías que controlaban en los mercados, peso, calidad y medidas estaban controlados, en la actualidad no hay ningún control y los comerciantes fijan los precios a su gusto; así funciona todo el comercio interno en Guayaquil y en todo el país, el Municipio es un cuerpo burocrático poderoso.
Los funcionarios suben las tarifas de los impuestos prediales cada año sin ningún fundamento y las personas de la tercera edad (ancianos) pagan el 100% sin respetar la Constitución política, la Ley de Régimen Municipal y la Ley del Anciano.
Interagua es una empresa americana que fue concesionada por Ecapag, esta empresa fue vendida por el alcalde Febres-Cordero a sus familiares, o sea que lo que recauda Interagua se reparte en tres partes, la ciudadanía es extorsionada y sufre la grave crisis económica silenciosamente; el agua que vende Interagua tiene microbios.
Se va a efectuar otro proceso electoral, ya estamos en campaña para las elecciones y ya están en el movimiento los mismos politiqueros conocidos de siempre: mercaderes y usufructuarios del sistema imperante desde el inicio del constitucionalismo; la fuerza del narcotráfico se desarrolla todas las semanas; se decomisa la droga y no se sabe a dónde van a parar los dineros sucios de ese negocio criminal.
Camilo Vicente Arellano