El presidente de la República, Econ. Rafael Correa, con su decisión de no asistir a la Cumbre de las Américas, está dando un mensaje muy consistente y directo, no solo a los Estados que participarán en esa cita regional, sino a las naciones del mundo: Hay que ser coherentes en lo que se dice y lo que se hace.
El Mandatario ecuatoriano es uno de los que han impulsado las nuevas versiones de organismos multilaterales andinos y latinoamericanos, donde todos los países tengan una representación con igualdad de derechos y posibilidades, como son la CELAC, ALBA y UNASUR.
Esta posición inflexible de Correa, que considera que la Cumbre de las Américas no puede ni debe excluir a Cuba, ha sido comentada desde todos los foros del orbe, a favor y en contra, desde las posiciones que se unen al pensamiento de Correa y las que se alinean con la tesis norteamericana.
Seguramente que en nuestro país también se alzarán las voces de los pro-Estados Unidos, aquellos políticos que entregaron la Base de Manta y aquellos que reciben canongías para sus empresas por las gestiones que estaban dirigidas a firmar el TLC que este gobierno revolucionario dio de baja, en franca defensa de los intereses nacionales.
Entre esas voces también estarán las de los políticos que frecuentemente son invitados al país del norte, que reciben las visas para sus familiares hasta en quinto y sexto grado de consanguinidad. Son los que le hacen el juego al imperio.
Estos, sin embargo, harán oídos sordos a las voces de felicitaciones que recibirá el presidente Correa, al apoyo que llegará desde todas las latitudes que buscan un cambio revolucionario y que han visto en esta propuesta socialista el ideal de una gobernabilidad que tiene al ser humano y la naturaleza como lo prioritario en el lineamiento político y la generación de leyes.
No solo que harán oídos sordos, sino que seguirán impulsando la carrera neoliberal de endeudamiento indiscriminado, con una economía de mercado donde la protección del capital está por encima del bienestar humano. Esa misma tesis económica que ha fracasado rotundamente en casi toda Europa y que tiene a los Estados Unidos en una etapa de recesión, que tuvo al borde de la quiebra financiera a la otrora economía más poderosa del mundo.
Eso es ser coherente, me refiero a la decisión de Correa. Por eso lo aplaudimos. Porque además esas decisiones lo encumbran como uno de los más promisorios líderes mundiales.
Ramiro Serrano
Durán - Guayas