Ciertos personajes de la oposición, víctimas del odio, aquellos que cuando tuvieron su oportunidad no trascendieron y que por el contrario fueron protagonistas o encubridores de hechos que hoy nos avergüenzan a los ecuatorianos, bien harían en aceptar que los cambios que vienen dándose con el Gobierno de la Revolución Ciudadana en beneficio de todos los ecuatorianos, no admiten comentarios que no sean de reconocimiento y respaldo a un proceso inteligente, evolutivo e innovador, camino a la excelencia para el desarrollo de los pueblos y de nuestra población.

No de gana, estas políticas del Gobierno de la Revolución Ciudadana son bien vistas internacionalmente.

Las lecciones que recibieron el 30-S y el reciente 17 de febrero, son por demás elocuentes de la gratitud que siente nuestro pueblo hacia nuestro gran líder el Señor Presidenre Rafael Correa Delgado, rescatista de la soberanía y dignidad de nuestra Patria y de nuestra gente.

¿Cómo se quejan  los opositores enemigos del Gobierno, pidiendo que se vendan y privaticen los canales de televisión incautados y  diario El Telégrafo,  únicos medios éticos, confiables e imparciales que nos informan con la verdad! ¡Ojalá nunca pierdan su condición de medios públicos y  diferentes!

Se quejan también defendiendo el libertinaje de expresión y recurriendo a instancias colonialistas foráneas, cual mensajeros obedientes en el cumplimiento de consignas y políticas que violan la soberanía y dignidad de los ecuatorianos.

Igualmente, se lamentan por los enlaces sabatinos, en los que personalmente el Señor Presidente, nos hace conocer a todos los ecuatorianos, incluidos sus opositores políticos, sobre las diarias actividades que realiza incansablemente en el cumplimiento de sus funciones, así como tambien transparentando con la verdad toda la desinformación y tergiversación venida de los medios y políticos de oposición, que pretenden permanentemente confundir a la población con sus falsedades.

Oponerse a las políticas del Gobierno de la Revolución Ciudana, es defender indignos y oscuros intereses, que desconocen las gigantescas obras estructurales, grandes cambios y transformaciones que en todos los campos avanzan sin retorno y en beneficio del país y de todos los ecuatorianos, como jamás se dieron en el  pasado.
Hasta la victoria siempre Señor Presidente.

Muy atentamente.

Fabián Chiluiza Villalva
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