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El Telégrafo

Menores infractores, mal que aqueja a la sociedad

03 de marzo de 2013

Hace algunos días al revisar un diario local me llamó la atención un  reportaje  sobre el aislamiento de un grupo de menores de edad que fueron aislados por haber sido encontrados en una "fiesta privada" en la que se estaba consumiendo licor, e incluso se encontró sustancias prohibidas, armas cortopunzantes y preservativos.

Es preocupante que los padres de estos menores no sepan dónde y qué están haciendo sus hijos, lamentablemente en los actuales momentos hay poca supervisión para estos menores, que en un momento determinado son presa fácil para personas inescrupulosas que los involucran en actos ilícitos, situación que cada día se ve reflejada  en la gran cantidad de menores que son aislados por cometer una serie de delitos, en los que son involucrados por  adultos; al parecer la falta de control de los padres es lo que está ocasionando este grave problema social; para evitar esto deberían actuar en conjunto todas las instituciones involucradas.

La educación empieza en casa, pero recordemos que la mayoría del tiempo estos menores pasan en las aulas de una escuela o colegio, donde se debe impartir valores, y quién mejor para hacerlo,  a más de los padres,  que los maestros. No se observa en la actualidad políticas de parte del Ministerio de Educación para poder llevar adelante programas preventivos, pocas son las instituciones que por iniciativa propia tratan de orientar a los padres e hijos, con el fin de evitar estos problemas, relacionados con las drogas, la prostitución y la delincuencia en general.

¿Qué pasa con el menor que es detenido o aislado cuando ha cometido un delito? Muchos dicen que  deberían aumentarse las penas  para estos menores; respeto mucho  el criterio de cada ciudadano, pero creo que esta no es la solución  ya que a la larga  de no dar un tratamiento adecuado al caso tendríamos un menor más rebelde y resentido con la sociedad  y si la jueza o el juez considera necesario lo aísla y ordena  su internamiento, pero qué pasa si es dejado en libertad, qué hacer para que no vuelva a infringir la ley.

Simplemente no pasa nada,  a lo mejor ese menor que ha caído detenido por primera vez  puede ser ayudado y guiado para que no reincida, y para ello debería, como  dije anteriormente, haber una política de Estado que asegure el seguimiento de ese caso, brindándole ayuda sicológica por parte de un especialista no solo al menor  infractor sino también  a toda la familia, con lo que se estaría evitando que ese menor en el futuro se convierta en un delincuente.

Atentamente
Ab. Rosa Fiallos Ramos
Defensora Pública del  Guayas

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