Hemos estado en Cuba por cuatro ocasiones. La primera, gracias al buen amigo Dr. Universi Zambrano Romero, jurista e intelectual que nos representaba como embajador del Ecuador en la isla caribeña; el buen Universi creyó necesario que presentáramos un recital de poesías en la prestigiada Casa de las Américas, lo que hicimos con inesperado reconocimiento.
Las tres posteriores fuimos invitados por la Uneac, para que participáramos en los festivales mundiales de Poetas por la Paz, que periódicamente se celebran en La Habana.
Gracias a la generosidad de esa institución cultural habanera, se nos publicó en Cuba la segunda edición de nuestro libro de poesías “Viento peregrino”, lo que sinceramente nos honra sobremanera. En nuestra estancia en Cuba, tanto en La Habana, Pinar del Río, Sancti Spíritus, Cienfuegos y Varadero, caminamos libremente por sus calles y concurrimos a restaurantes y centros comerciales en plena libertad, jamás los anfitriones nos impusieron guías turísticos para recorrer las ciudades.
Es necesario indicar que nos llamó la atención desde el primer momento la falta de policías o celadores en estas ciudades y nos satisfizo la total ausencia de la delincuencia, por lo que pudimos desplazarnos alegremente descuidados por sus rincones y avenidas.
Hicimos amistad con mujeres y hombres del pueblo y con distinguidos intelectuales cubanos. Notamos vestimenta sencilla que utiliza toda la población, con ciertas limitaciones generales, que entendemos como producto del bloqueo económico norteamericano detestable, pero nunca topamos con niños mendigos, betuneros o haciendo malabares en las esquinas para ganarse un pan.
Hemos leído en diario El Universo, del domingo 17 de marzo del presente año 2013, una entrevista con gran cobertura a la señorita cubana Berta Soler, quien dice ser “líder de las Damas de Blanco”.
Esta dama, que como todo ser humano merece ser respetada, dice en la entrevista muchas cosas, que hacen pensar, inclusive a los que conocemos Cuba, que en la isla existe “tiranía y sofocante represión”, que “a mujeres (como ella) que no pueden ser violentas, que visten de blanco, que no usan consignas, que no responden a provocaciones, que jamás usan carteles y que de ninguna manera hablan ni desacreditan a una hermano de la oposición” se las veja, y que “el régimen castrista practica cada día más violencia contra la mujer en la vía pública.
La represión se ha recrudecido. Nos escupen nos arañan, terminamos con los brazos fracturados a manos de la policía política, la policía uniformada…”. Sinceramente, señor Director, por medio de todos los diarios y demás organismos de información pública, es necesario emplazar a la entrevistada que emita pruebas que verifiquen lo denunciado, para que todos los hombres y mujeres del mundo icemos banderas contra este latrocinio inhumano y desolador.
Si esta “dama de blanco” tan “pacifista y tierna” no presenta argumentos probatorios, lo que seguramente no lo hará, tenemos la obligación, de la misma manera todos los seres humanos, de levantar nuestro grito valiente de protesta contra la infamia y difamación orquestada, donde se utiliza a personas como ella, que aparentan ingenuidad y dolor, cuando no son más que testaferros y asalariados, instrumentos de los imperialistas ilimitados en la maldad, enemigos de la igualdad que promovemos los socialistas seguidores del mártir del Gólgota, uno de los primeros de nosotros en el mundo. Estamos siendo universalmente ofendidos los que leemos esta clase de reportajes, al considerársenos torpes y descriteriados. La verdad, aunque duela.
Arturo Santos Ditto
0903387132