Una persona identificada como miembro de Fundamedios llamó a la Dirección de este diario a preguntar por qué no habíamos publicado un artículo del señor William Sánchez Aveiga.

No dudamos de la veracidad de la llamada ni de que la persona forme parte de esa ONG. Lo sorpresivo es que esa entidad esté preocupada por los asuntos internos de un diario.

Y más sorpresivo es que la queja la haya hecho uno de nuestros editorialistas, sin antes dialogar con las autoridades de esta institución.

Por eso, enfáticamente y de manera pública le decimos a Fundamedios que no se preocupe por nuestra tarea editorial, no está en sus potestades pedir explicaciones  a la dirección editorial sobre lo que se publica o no en nuestras páginas.

No está por demás subrayar que esa entidad no gubernamental, que no tiene reconocimiento ni autoridad sobre los medios no dependientes de empresas de comunicación, la misma que ha enunciado criterios y postulados no sustentados en la realidad sino en prejuicios y principios ajenos a nuestra realidad, sometidos particularmente a intereses de empresas periodísticas antes que de los periodistas y reporteros, tendría que preguntar primero por nuestras políticas editoriales, si fuese del caso.

Y lo mismo le decimos al señor William Sánchez Aveiga: por más de un año ha mantenido una relación amistosa y cordial de colaboración con El Telégrafo. No tenemos un compromiso firme ni formal que obligue a las dos partes a publicar todos sus artículos. Si desea conversar sobre el tema, nuestras puertas están abiertas.